La fábrica de cementos de Málaga, localizada en la zona de La Araña, vuelve a cambiar de manos. Apenas cinco años después de que la compañía HeidelbergCement se hiciese con el control de la misma tras la adquisición del grupo Italcementi, ahora pasa ser propiedad la compañía brasileña Votorantim Cimientos.
Así lo ha confirmado la propia empresa compradora, que ha precisado, por medio de una nota informativa, que el acuerdo de adquisición con Heidelberg es extensible a la totalidad de sus negocios en Andalucía.
Esto afecta a la cementera malagueña, a tres canteras de áridos y once plantas de hormigón. En el caso del centro de negocios de la capital de la Costa del Sol, tiene una capacidad de producción instalada de 1,4 millones de toneladas de cemento al año.
"Con esta transacción, Votorantim Cimentos refuerza aún más su negocio en España y crea importantes sinergias con sus operaciones existentes", indican desde la firma brasileña, que señala que se trata de una operación “totalmente alineada con la estrategia de la compañía”.
La misma, agrega, permitirá a la empresa fortalecer su presencia en la Península Ibérica tras la reciente adquisición de Cementos Balboa, tal y como ha afirmado Marcelo Castelli, CEO Global de Votorantim Cimentos.
Votorantim Cimentos es una empresa internacional que opera en los segmentos de materiales de construcción, minería, productos para uso agrícola, coprocesamiento y gestión de residuos. Opera en España desde 2012.
En junio, anunció la adquisición de la planta de cemento de Cementos Balboa en Extremadura, por lo que actualmente cuenta con cinco fábricas integrales de cemento, dos moliendas, una planta de morteros y varias plantas de hormigón y áridos situadas en Andalucía, Canarias, Castilla y León, Extremadura y Galicia.
La operación está sujeta a algunas condiciones que incluyen la aprobación de las autoridades regulatorias en España. Hasta la conclusión de la transacción, ambas compañías continuarán operando de forma independiente. Según han precisado desde HeidelbergCement, se espera que todo quede formalizado en la segunda mitad de 2022.
Esta operación se cierra cuando la cementera está envuelta en la polémica generada en torno al descubrimiento de una cueva en la cantera. Un espacio cuya protección está encima de la mesa y que es objeto incluso de una investigación por parte de la Fiscalía.
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