Los carteles de Se vende o Se alquila cuelgan de manera cada vez más numerosa sobre los quioscos de Málaga. Estos negocios, históricamente vinculados a la venta de prensa escrita, padecen desde hace años la misma crisis que el papel impreso y tratan de buscar en opciones de venta alternativas, una vía de escape que les permita seguir abiertos.
La transformación del formato tradicional de quiosco va ser objeto de la última modificación de la ordenanza municipal que regula esta actividad y que previsiblemente verá la luz en las próximas semanas. El último borrador en el que viene trabajando el área de Comercio subraya la apuesta del Ayuntamiento por ofrecerles a los titulares de las licencias opciones alternativas.
De vender periódicos, revistas, chucherías y refrescos, a convertirse en, por ejemplo, un lugar donde pedir un café para llevar; un punto de recogida de un paquete de Amazon; una especie de taquilla en la que comprar las entradas para ir al cine o al teatro, e incluso un cajero automático donde poder sacar dinero.
Estos son algunos de los usos potenciales que pasará a reconocer la normativa municipal una vez sea aprobada y a cuya última versión ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga. Incluso, el articulado recoge la posibilidad de que los quioscos ejerzan "actividades profesionales o de servicios en sus estructuras iguales o distintas a las anteriores, previa validación por parte de este Ayuntamiento".
Es decir, se abre la mano para otras posibilidades siempre que cuenten con el respaldo municipal. Y esto es importante, porque en los últimos meses incluso se ha manejado la posibilidad de que las estructuras sean usadas como puntos para dejar y recoger patinetes eléctricos, una opción que, de inicio, genera el rechazo de Comercio. Y ello porque la actual Ordenanza de Movilidad prohíbe que los usuarios de estos dispositivos puedan circular por las aceras, que es donde están instalados los quioscos.
Pero qué lleva al Ayuntamiento a revisar la normativa actual. Datos oficiales manejados por el Consistorio a mediados del año pasado permiten tener una imagen nítida de la preocupante situación del sector. En ese momento el número de instalaciones era de 453 (de ellos, 46 dados de alta en el epígrafe de golosinas y frutos secos y 411 en el de venta de prensa con o sin caramelos).
Las cifras en cualquier caso no son un reflejo de la actividad real. De hecho, desde Comercio se admitía que alrededor del 30% de todas estas instalaciones "no tiene actividad alguna o se abre de forma esporádica".
Con esta información sobre la mesa, el equipo de gobierno considera necesaria la puesta en marcha de medidas de "modernización" de un sector golpeado gravemente por la caída de ventas de la prensa escrita. Según las estimaciones manejadas por la Asociación de Kiosqueros de Málaga (Akima), los quioscos han visto descender un 80% la venta de periódicos en las dos últimas décadas.
El texto provisional precisa que cualquier actuación que requiera la transformación del quiosco, caso de la instalación de taquillas o de cajeros, deberá ser previamente validada. Al tiempo, se prohíbe la elaboración o preparación de puestos de alimentación o bebidas que no sean las ya reconocidas.
La propuesta de revisión incluye un artículo en el que se definen los tipos de quiosco posibles. Los de venta tradicional son aquellos que incluyen la posibilidad de venta de todos los productos mencionados excepto los helados artesanales y los quioscos bares, los quioscos de venta de flores/ plantas y loterías.
A estos hay que sumar los quioscos de venta de helados artesanales, en los que sólo podrán venderse estos productos y agua, refrescos, zumos o cafés. "La venta de estos productos deberá realizarse preferentemente en quioscos que ya estén instalados previa autorización municipal de cambio de actividad y con los requisitos que la administración establezca o en estructuras de nuevo diseño, siempre y cuando estén validadas por el Ayuntamiento mediante la presentación del proyecto", se indica.
Y se advierte de que no podrán otorgarse licencias para los mismos en caso de que el quiosco se encuentre en zonas donde exista al menos dos negocios que ofrezcan este tipo de productos.
La tercera variante es la de los quioscos bares, caso de los instalados en el Paseo del Parque. El mismo régimen que pesa sobre estos negocios es el que afectará a los denominados food trucks en el supuesto de que el Ayuntamiento abra la puerta a su instalación, decisión que, por lo que parece, no está tomada.