La Cofradía de la Expiración, que hunde sus orígenes en el año 1737 y que históricamente está ligada a la Guardia Civil, mira de frente al futuro inmediato con la apuesta decidida por transformar su actual sede en un continente vanguardista, seña de referencia del barrio de El Perchel, en el que se asienta desde su nacimiento.
El ambicioso proyecto impulsado por la actual directiva, con el hermano mayor, Manuel Corcelles, al frente, no está carente de dificultades. A la envergadura de una operación que en las primeras estimaciones se ha cifrado en 7 millones de euros (un valor que es objeto de revisión), hay que sumar las no pocas observaciones planteadas desde la Delegación de Cultura.
Reparos que a ojos de la organización cofrade son corregibles. La clave, sin embargo, para que la operación acabe por tener el camino expedito tiene que ver con las excavaciones arqueológicas que, según las previsiones iniciales, se iniciarán a principios del próximo mes de mayo.
Este es el calendario que ponen sobre los responsables de la Expiración, sabedores de la trascendencia de esta fase de la intervención. En esencia porque del hallazgo o no de restos de cierta envergadura y valor dependerá muy mucho la materialización de la pretendida ampliación de la casa hermandad.
"En mayo vamos a empezar con las prospecciones, lo que nos debe permitir seguir adelante con el proyecto", señalaba Corcelles en un encuentro con varios medios de comunicación. El riesgo con el que se topa el colectivo no es menor si se toma en consideración la experiencia de un vecino cercano, la construcción del tramo del Metro en la Avenida de Andalucía.
Los plazos de ejecución del tajo Renfe-Guadalmedina, en su parte final, se vieron claramente ampliados por la envergadura de lo que a cada paso iban encontrado los arqueólogos. De hecho, las pesquisas han permitido ampliar el conocimiento que se tenía hasta ese momento del denominado arrabal de Attabanim.
Entre los hallazgos más importantes, además de los restos de una casa musulmana, hay que resaltar sendos trozos de muralla nazarí, catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC) y que han sido conservados in situ.
La tarea arqueológica en menos de un mes se ha iniciado va a ser desarrollada por la empresa Taller Investigaciones Arqueológicas, la misma firma que viene realizando las catas en la obra del Metro desde su inicio a mediados de 2006.
A la espera del resultado de las prospecciones arqueológicas, Expiración tiene claro el calendario futuro. De hecho, apuntan la posibilidad, de no haber excesivas sorpresas, de poder estar en condiciones de disponer de la licencia de obras tras la Semana Santa de 2023. Esto es, dentro de un año.
Un hito a partir del cual activar una cuenta atrás que requerirá de entre 18 y 24 meses de tiempo. Conforme a estas previsiones, siempre condicionadas, la ampliación de la casa hermandad de Expiración podría ser una realidad a principios o mediados del año 2025.
Las observaciones de Cultura
Si bien Cultura ha autorizado el inicio de las tareas arqueológicas en la parcela contigua al edificio ya ejecutado, el organismo autonómico ha sido especialmente cauteloso con el proyecto diseñado por el estudio de arquitectura HCP. Muestra de ello es el amplio informe emitido el pasado 22 de diciembre, en que los técnicos pusieron sobre la mesa la necesidad de realizar ajustes. En el dictamen, incluso, se ponía en duda la posibilidad de ejecutar varias plantas de aparcamiento soterradas.
Atendiendo al trabajo de HCP, la nueva construcción tendrá una edificabilidad de 2.000 metros cuadrados, que darán cabida a todo el equipamiento de la Expiración, incluyendo el salón de tronos. De ese modo, el propósito es destinar la actual sede a un salón de actos con capacidad para unas 300 personas.
El edificio actual, así como la parcela sobre la que se dibuja la ampliación, se localizan junto a la iglesia de San Pedro, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). La misma data del año 1629.
Una de las observaciones más significativas de Cultura se relaciona con la necesidad de que cualquier ajuste en la huella de la edificación se realice "en el marco del estudio y análisis de la trama urbana original y el papel desempeñado por la Iglesia en la conformación del barrio, sobre la base del arrabal medieval preexistente, y en un marco de control de las afectaciones de la nueva edificación sobre el patrimonio arqueológico subyacente".
Es por ello por lo que la propia Junta supedita "la viabilidad de esta actuación concreta" a la realización de los estudios de tipo histórico y documental, así como de tipo arqueológico, mediante una lectura estratigráfica de paramentos que permita establecer la secuencia evolutiva del monumento, identifique las distintas fases o ampliaciones, y las caracterice a nivel constructivo.
Cultura también aborda los usos previstos por la Archicofradía, reclamando que se tenga en consideración la repercusión que van a tener sobre el monumento. Y en particular pone el foco en la propuesta de construir varias plantas de aparcamiento subterráneo. Sobre ello, menciona los "considerables inconvenientes" que su implantación puede tener en un entorno protegido.