Málaga

La operación inmobiliaria de los antiguos suelos de Repsol supone el salto definitivo de Málaga en el escenario de la arquitectura nacional e internacional. Nunca antes, la capital de la Costa del Sol había sido escenario de una competición en la que están implicados dos premios Pritzker, como el japonés Toyo Ito y el tudelano Rafael Moneo; y grandes estudios de referencia mundial como BIG (Bjarke Ingels Group), Carlos Lamela, Ortiz y León y Morph.

Todos ellos forman parte de las al menos cuatro propuestas empresariales que pugnan estos días por hacerse con los aprovechamientos que tiene en propiedad el Ayuntamiento de la capital.

Un techo suficiente para materializar tres edificios de planta baja más 28, 30 y 32 alturas, que darán cabida a hasta 528 viviendas y 25.200 metros cuadrados de uso terciario.  La composición plena de la pieza de Repsol incluye un cuarto inmueble, de baja más 34, que está en manos de la Sareb.

Torre Porta Fira, del arquitecto japonés Toyo Ito.

"El salto que da Málaga con esta actuación es evidente", admiten fuentes de una de las promotoras que participa en la subasta impulsada por el Consistorio. "La administración ha hecho una labor muy importante para que la ciudad sea un referente en el arco Mediterráneo", añade.

Una afirmación avalada por el fortalecimiento de la capital como epicentro de interés de grupos de inversión inmobiliaria, así como de las grandes tecnológicas, caso de Google o Vodafone, con importantes planes de desembarco.

Con Repsol, a la espera de que se culmine el proceso de análisis de las propuestas formuladas, Málaga quiere dar una vuelta de tuerca y disponer de un referente arquitectónico. Por los nombres que hay sobre la mesa, ese paso ya lo ha dado.

Residencial Becroux en Madrid, diseñado por el estudio Morph.

De acuerdo con la información de EL ESPAÑOL de Málaga, la propuesta de Urbania es la más ambiciosa de todas cuantas hasta el momento se conocen. Porque lejos de fiar todo el desarrollo a un solo estudio, opta por contar con tres para cada uno de los inmuebles. En concreto, con Ito, BIG y Morph.

Para poner en contexto estas firmas, una fuente consultadas trataba de resumir: "Si Moneo es un Mercedes, por su estilo más tradicional, BIG sería un Tesla". Entre las obras más populares de este último es de reseñar la sede de LEGO, creada, justamente, con bloques que aparentan ser piezas de los tradicionales juguetes de la empresa danesa.

La apuesta municipal

"Cuando vamos a otras ciudades a todos nos encanta ir a ver un edificio de que ha diseñado x arquitecto. ¿Son elementos significativos en una ciudad para convertirse en referencia? Creo que sí", destaca el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López

Y justamente alcanzar esa meta ha sido una de las líneas seguidas para dar forma al pliego de condiciones que rige la subasta de esta estratégica pieza inmobiliaria. Con ese fin, el Ayuntamiento asume la posibilidad de ingresar menos dinero por la venta de sus aprovechamientos, a cambio de lograr una intervención de mayor calidad.

Torre Puig, en Barcelona, obra de Rafael Moneo.

¿Cómo? Siguiendo el modelo ya utilizado hace más de un año en la venta de un terreno para oficinas junto a Tabacalera, Urbanismo ha querido reservar hasta 35 puntos de la valoración total a los detalles técnicos de las propuestas. Y eso incluye una puntuación especial para aquellas que incluyesen estudios de arquitectura que hayan sido reconocidos con premios internacionales.

Para López, con esta decisión se constata "la apuesta por la arquitectura" que hace el Consistorio. "Como Administración muchas veces no tenemos el músculo para traer a estos grandes estudios, solo es posible con la iniciativa privada; hay que tener en cuenta que pueden llegar a cobrar 2, 3 o 4 millones de euros", ha destacado.

La cesión realizada, al no vincular exclusivamente la oferta final a la cuestión económica, hace que, como subraya, "las empresas hayan podido traer a grandes espadas". Pero el edil incide en un efecto añadido y que beneficia, desde su punto de vista, a los estudios locales.

Torres de Carlos Lamela en el litoral oeste de Málaga.

"Cuando un privado contacta con uno de estos estudios internacionales para un proyecto en Málaga está obligado a buscar un profesional local, porque no conoce los detalles propios de este territorio", alega. 

En apenas una o dos semanas, la fase de los nombres dará paso a la visualización de los proyectos. Será en ese momento cuando Málaga empezará a tomar contacto con el cómo será la transformación de una parcela de 177.000 metros cuadrados asentada en la zona más densamente poblada de la capital. Un lienzo sobre el que algunas de las más reconocidas firmas dibujarán edificios de hasta 32 plantas de altura.

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