Casi con el arranque de 2022, EL ESPAÑOL de Málaga informaba de lo que parecía iba a ser el "desbloqueo inminente" del último gran proyecto urbanístico del litoral oeste de la capital. La realidad, cuatro meses después, es que la aprobación definitiva del instrumento mediante el que se ordenan los terrenos de la antigua térmica, sigue bloqueada.
Y aunque los antecedentes obligan a la prudencia, los últimos movimientos realizados por la Gerencia de Urbanismo malagueña invitan a pensar que, efectivamente, la tramitación de tan significativa operación encara la recta final. Lo hace, pendiente, eso sí, del examen de la Dirección General de Costas, que, según el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, ya tiene en sus manos el texto refundido del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) para que informe sobre el mismo.
La remisión del documento se produce, según fuentes conocedoras de la intervención, tras varios encuentros entre técnicos de Costas y de Urbanismo, en la idea de limar los aspectos definitivos del documento de planeamiento.
Hay que recordar que las últimas objeciones realizadas por el organismo estatal se relacionaban con el supuesto "efecto pantalla" que, a su juicio, provocan las edificaciones proyectadas sobre la parcela "sobre la zona de influencia". Es de suponer que las reuniones han permitido clarificar las dudas existentes. No obstante, el informe de Costas no es vinculante.
El de Costas es el único informe que queda pendiente para dar por resuelta esta larga fase del procedimiento. Este proyecto urbanístico forma parte del esquema de la ciudad desde agosto de 2008, cuando el Consistorio firmó con la entidad Bolonia Real Estate un convenio mediante el que se daba luz verde al uso residencial de una pastilla que hasta ese momento había tenido un fin industrial.
Un acuerdo que incluía, en origen, el pago a las arcas municipales de 58 millones de euros. La incapacidad de la entonces filial de Endesa a hacer frente a esta obligación económica, derivó en que el Ayuntamiento se haya convertido en copropietario del sector. La otra parte queda en manos de Nueva Marina Real Estate, adquirida por el fondo de inversión Ginkgo, que posteriormente dio entrada a Espacio Medina.
La de La Térmica es una de las tres grandes transformaciones previstas por los redactores del actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad, en vigor desde mediados de 2011. Las otras dos eran la de Martiricos, donde ya se construyen dos torres de 30 plantas, y Repsol.
El planeamiento autoriza un máximo de 870 viviendas, 273 de ellas protegidas. A las mismas hay que sumar más de 16.826 metros cuadrados de techo para uso hotelero y otros 14.755 metros de techo para oficinas.
Del sector, hay otros 59.524 metros que se destinarán a zonas verdes; 6.377 metros serán para equipamiento. Dentro de esta última pastilla, se establece una superficie máxima a construir de 19.366 metros para servicios sociales, administrativos y deportivos.
La intervención también incluye 580 plazas de aparcamiento sobre la vía pública, un mínimo de 2.317 plazas de aparcamiento en las parcelas de titularidad privada y otras 315 bajo las parcelas destinadas a equipamiento, lo que supone un total de 3.212 estacionamientos.
Carga externa
La propuesta de ordenación aprobada recoge como carga externa al sector el trazado y la prolongación del bulevar Pilar Miró y calle Villanueva de Algaidas, de manera que se conecte la barriada de Parque Litoral con esta nueva centralidad y a ésta con la futura prolongación del paseo marítimo de Poniente. A esto se suma la demolición de la actual subestación eléctrica.
Es igualmente relevante la necesidad de respetar la chimenea de la antigua central térmica, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Para ello, se genera un importante espacio público con una distancia mínima de 70 metros al edificio más cercano.
Entre las actuaciones más significativas que incluye esta nueva ordenación es la reubicación y renovación de la subestación eléctrica existente, que será demolida; así como la continuidad del paseo marítimo y la ejecución de importantes espacios libres públicos entre las edificaciones.
El coste aproximado de las obras de urbanización e implantación de los servicios en el sector se estima en 13,8 millones de euros (IVA no incluido). Un presupuesto al que habrá que añadir una serie de cargas complementarias valoradas en 14,8 millones de euros, tales como el traslado de la subestación eléctrica, el refuerzo o reforma de redes eléctricas y la adecuación del espigón de La Térmica, entre otras.
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