La amenaza que, con la legislación urbanística en la mano, viene ejerciendo desde hace años el Ayuntamiento de Málaga sobre decenas de edificios abandonados del Centro Histórico vuelve a surtir efecto. Ahora lo hace sobre uno de especial valor: Strachan, 9.
Tras activar la subasta pública del inmueble, de titularidad privada, e incluso sopesar la expropiación directa, una parte de la propiedad ha movido ficha y ha solicitado a la Gerencia de Urbanismo la paralización de todo el proceso de enajenación dado su interés en actuar de manera directa sobre la construcción.
El gesto formalizado por la entidad Huerta Vilella III, S. L., con sede en Madrid, será validado este jueves por el Consejo de Urbanismo, que tiene previsto dar validez a la petición presentada por esta firma a finales de septiembre del año pasado.
La actuación, en cualquier caso, no está exenta de dificultad, ya que Huerta Vilella apenas posee el 15,758% de la propiedad del edificio. Pese a ello, según recoge el expediente oficial, la mercantil ha mantenido conversaciones con otros copropietarios en su deseo de ampliar su participación en el bien.
El origen del Strachan 9 se remonta a octubre de 2018, cuando Urbanismo incoó el procedimiento para incluirlo en el Registro Municipal de Solares. Una decisión firme adoptada ante los numerosos incumplimientos en el deber de conservación por parte de la propiedad.
Los propios informes municipales de hace casi dos años subrayaban las pésimas condiciones de la edificación. "Actualmente se encuentra en mal estado de conservación, deshabitado y sin uso", indica.
Hubo que esperar a septiembre de 2020 para que Urbanismo diese una vuelta de tuerca que ha podido ser definitiva. Lo que hizo fue activar el proceso de venta forzosa, con un precio de tasación de 1.673.626,50 euros. El inmueble tiene cinco plantas de altura, con una superficie construida de 1.170 metros cuadrados. La planta baja se destina a uso comercial y las superiores a viviendas.
Una empresa pidió la venta
Se da la circunstancia de que hay una empresa, Áridos del Pinar, S. A., que el 28 de abril de 2021 llega a presentar ante la Sección de Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas un escrito solicitando la convocatoria de la citada venta forzosa. Para formalizar la propuesta, entregó incluso aval, compromiso de presentación de proyecto básico y justificación de solvencia técnica y económica.
Y es justo en ese momento, cuando reaccionó Huerta Vilella III, que el 4 de mayo del año pasado solicita copia del expediente, para meses después, el 28 de septiembre, pedir la suspensión del procedimiento de declaración de incumplimiento del deber de edificar y venta forzosa.
Para justificar esta reclamación aduce su intención de "promover las actuaciones necesarias para la conservación y rehabilitación del inmueble, solicitando además el acceso al inmueble (con cierre cautelar por razones de seguridad), con el objeto de que los técnicos contratados puedan examinar y analizar el estado del mismo para elaborar el proyecto de rehabilitación del edificio".
De acuerdo con lo expuesto por los técnicos municipales, el pasado 17 de febrero tuvo lugar una primera visita al interior del edificio por parte de un arquitecto de la propiedad y dos municipales.
A esta le siguió una segunda el 18 de marzo. Y ante el "compromiso mostrado por, al menos, una parte de la propiedad en llevar a cabo las obras de recuperación del inmueble", Urbanismo considera oportuno aceptar la petición de la empresa.
Pese a ello, la decisión queda condicionada a la presentación en el plazo de 20
días, a contar desde que se le notifique el nuevo acuerdo del Consejo de Urbanismo, de un cronograma con los plazos de las actuaciones a desarrollar. En caso de incumplir esta demanda, se retomaría la venta forzosa.