Marzo de 2016. Carlos (nombre inventado) conduce un vehículo de propiedad del Ayuntamiento de Málaga cuando se produce una explosión tras la rotura de un manguito del radiador de la calefacción. El vertido del líquido a gran temperatura le provoca importantes quemaduras de segundo y tercer grado en las piernas, teniendo que ser hospitalizado e intervenido quirúrgicamente para reparar los daños sufridos.
Ante la gravedad de lo ocurrido, la víctima presentó una reclamación en febrero de 2017 ante el Consistorio, solicitando una reparación económica. La misma fue desestimada por "silencio administrativo". Pedía una indemnización de 109.318 euros "por los daños y perjuicios", apuntando de manera directa a la responsabilidad de la Administración local.
Ante la renuencia municipal a atender su demanda, Carlos optó por acudir a la vía judicial, que ahora acaba de emitir una sentencia que le es parcialmente favorable. El fallo no alcanza la suma económica pretendida, que rebaja y cifra en algo más de 56.000 euros.
Sea como fuere, la cifra supera ampliamente los 20.655,92 euros que ofreció el Consistorio para restañar los daños ocasionados, admitiendo la relación entre el perjuicio y el funcionamiento de la Administración.
Conforme a los hechos probados recogidos en la sentencia, fechada el pasado 29 de marzo por el Juzgado de lo contencioso-administrativo número 4 de Málaga, la víctima tuvo de ser atendida en el Hospital El Ángel de Málaga y, posteriormente, trasladada al Hospital Regional, siendo intervenido "para realizarse injerto mallado, permaneciendo hospitalizado hasta el 6 de abril".
La sentencia recoge, entre otros, el testimonio del cirujano plástico que trató al reclamante en el Regional, quien relata que cuando las quemaduras se sufren por líquidos "penetran más y conforme van pasando las horas y los días las quemaduras suelen ser peores que al inicio cuando se hace el diagnóstico".
Explica que el paciente fue sometido a curas en bañera, mediante lavado de las quemaduras y el desbridamiento. "Son curas a 'pelo' y muy dolorosas", se precisa en el texto, subrayando que como consecuencia de las heridas requería de la ayuda de otra persona para ir al centro hospitalario y para otras tareas.
Otro de los testimonios médicos constata una pérdida de calidad de vida "de carácter moderado" sufrido por la víctima, que, según se indica, solía realizar carreras de ultrafondo. Por otro lado, se hace referencia a las explicaciones del responsable del informe pericial presentado por la aseguradora tras haber explorado al paciente varios meses después de su atención hospitalaria. Este especialista indica que ya en julio de 2016, según lo relatado por el paciente, ya hacía carrera de una hora.