La cesión condicionada de las 28 hectáreas de suelo del antiguo Campamento Benítez a Málaga, asunto convertido en reclamación histórica y que llegó a ser objeto incluso de un largo contencioso judicial, quedó formalizada en septiembre del año 2013. El acta de entrega fijaba la obligatoriedad de que el Ayuntamiento destinase tan privilegiado emplazamiento a un parque y sólo a parque.
Tras años de trámites y de bloqueo administrativo, esta semana el Consistorio puede celebrar que el camino queda ya definitivamente allanado para impulsar uno de los grandes proyectos pendientes del regidor. Los tiempos han querido que el visto bueno de la Administración regional se conozca semanas antes de la celebración de los comicios andaluces del 19 J.
Pero a este detalle electoral hay que sumar otro que no debe pasar desapercibido. El calendario que manejan los responsables de la Gerencia de Urbanismo malagueña apunta a que el inicio real de los trabajos sobre el terreno no tendrá lugar hasta los primeros meses de 2023. ¿Y qué ocurrirá ese año? Elecciones municipales.
A la espera de que se fije la fecha exacta, se sabe que la cita con las urnas tendrá lugar en mayo de ese ejercicio. Es decir, a un año vista. Hasta ese momento, según las previsiones, los técnicos municipales tendrán que adecuar el documento de anteproyecto disponible, incluyendo las observaciones del Gobierno andaluz. Para después, seguro que después del verano, activar la licitación de la obra.
Sólo la parte correspondiente a la urbanización del sector se acerca a los 5 millones de euros. Sin embargo, el coste real dependerá de las intervenciones que finalmente se tengan que acometer en el arroyo El Cañuelo, pieza clave en el enorme retraso acumulado en la tramitación del asunto.
Las primeras previsiones apuntaban que el encauzamiento del mismo iba a suponer unos 6 millones de euros, si bien parece que el último pronunciamiento autonómico puede liberar al Consistorio de esta obra.
Sea como fuere, la propuesta a la que dio forma Urbanismo hace ahora unos 8 años debe permitir convertir el Benítez en un verdadero lugar de referencia para los ciudadanos de la capital y su entorno metropolitano.
La iniciativa supondrá dar una vuelta de tuerca al actual estado precario que presenta un terreno que fue abierto al público a mediados de 2017. Y pese a que no reúne las condiciones más adecuadas, son muchos los usuarios que acuden los fines de semana y festivos al lugar.
¿Cómo será el parque del Benítez una vez terminado? Entre los detalles más significativos está la decisión de crear cuatro grandes plazas, que sumarán 6.556 metros cuadrados y que dispondrán de grandes pérgolas para garantizar la sombra. En uno de estos puntos de estancia habrá dunas y zonas de banco de madera con un foso cubierto con una red elástica, al fondo del cual se depositarán áridos de color azul simulando agua.
Otra de las protagonistas serán las instalaciones deportivas. En concreto, en la propuesta inicial se dibujaban dos grandes superficies para multiusos de dimensiones de 73 por 38 metros y 83 por 48 metros, con posibilidad de celebración de campeonatos municipales. También se crearán gradas naturales alrededor de las pistas, así como una pista de voley playa y zona de fitness.
Los niños también se beneficiarán de la propuesta, al disponer de dos grandes zonas de juegos infantiles para varias edades, e instalación de juegos accesibles. La superficie de estas zonas asciende sobre los 2.000 metros cuadrados y 1.000 metros cuadrados.
Todo ello potenciado con la plantación de 8.200 unidades de especies arbóreas, arbustos medianos, trepadoras y de flor, de los cuales 770 serán nuevos ejemplares de árboles para proporcionar más sombra, 1.000 unidades de especies arbustivas y 6.500 unidades de especies aromáticas.