Al más fiel estilo de la Fórmula 1 o del proceso de aprendizaje que siguen los pilotos de aviones, el Metro de Málaga da un salto más que relevante en su apuesta por mejorar la formación de los conductores de los trenes del suburbano.
Con este objetivo, va a poner en funcionamiento a finales de mes un simulador de conducción destinado a potenciar las capacidades de este personal, clave en el día a día del ferrocarril urbano. De hecho, desde ese momento, los operarios podrán recibir formación específica para el tránsito en el nuevo tramo al Centro, entre El Perchel y la futura estación de Atarazanas, en la Alameda Principal.
La máquina está ubicada en la estación Ciudad de la Justicia, en la zona de Teatinos. Pero ¿qué persigue la empresa concesionaria del Metro con esta instalación? Según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga, el uso de la maquinaria y del software que lleva asociado conlleva dos ventajas claras.
Una de ellas, en términos pedagógicos, al recrear situaciones o incidencias imposibles de entrenar con trenes reales; la otra, desde el punto de vista operativo, ya que permitirá reducir la propia formación práctica en el trazado, lo que condiciona menos el mantenimiento de los trenes, de las infraestructuras y de las instalaciones. A todo ello, según las fuentes consultadas, hay que sumar el consiguiente ahorro de energía y mayor flexibilidad para la formación.
"Se trata de la primera instalación de este tipo en los tres metros andaluces y guarda cierto parecido con los simuladores de vuelo en instalaciones aeronáuticas", recalcan las fuentes conocedoras del proyecto.
El equipo del simulador está integrado por una cabina completa de conducción con pupitre para Urbos 3 (modelo de tren fabricado por CAF para Metro de Málaga); un puesto de formador para realizar el diseño y análisis del proceso de formación, y un puesto de observador para el resto del personal en formación en la sala de formación.
Conforme al modo de funcionamiento, el sistema permitirá a los conductores en proceso de formación observar de manera directa todos los parámetros de conducción. Y ello es clave, ya que este dispositivo permite "la recreación de experiencias y situaciones imposibles de entrenar con trenes reales, caso de averías, colisiones, arrollamientos". Se convierte, por ello, en un equipo que "marca la diferencia en la formación frente a situaciones de seguridad ferroviaria".
Asimismo, reduce los riesgos asociados a la circulación durante las formaciones, coincidentes con labores de mantenimiento, permitiendo el desarrollo de las competencias necesarias para la conducción simulando entornos reales. Otro factor a favor es que su uso optimiza las horas de formación, sin tener en cuenta el reducido espacio de tiempo que deja el servicio comercial.
"Permite registrar, extraer y trabajar con los datos de los escenarios reproducidos, es decir, podemos reproducir incidencias reales en el simulador y entrenar al personal en su gestión", añaden las fuentes, que añaden la posibilidad que otorga de integrar la formación en el proceso de selección de personal adelantándose a las faltas de conciencia situacional del puesto.
A todo ello hay que sumar la posibilidad que tendrán los conductores de conocer futuros tramos de línea que aún no estén aptos para la circulación real. De este modo, se puede adelantar el proceso formativo.