Casi 1,6 millones de euros. Esa es la inversión que tiene previsto realizar la Diputación provincial de Málaga en la rehabilitación del Palacio Valdeflores, edificio del siglo XVIII localizado en la céntrica calle Carretería. El plazo de ejecución de las obras es de 12 meses. Las empresas interesadas tienen hasta el 11 de agosto para presentar sus propuestas.
Conforme a los detalles contenidos en el pliego de condiciones técnicas que rige este contrato, el objetivo de la intervención es "rehabilitar y poner en valor”2 un inmueble que durante años ha sido sede del Centro Provincial de la Mujer.
La previsión es mantener las actuales características tipológicas de la construcción, realizando ligeras variaciones en la distribución interior, como una reubicación de los aseos, o la continuidad de la escalera de servicio para que continúe hasta la planta baja. Todo ello sin alterar el sistema estructural actual. Las redistribuciones planteadas respetan el patio, el zaguán de acceso, así como la escalera principal y el resto del orden tipológico.
"No se plantea la eliminación de ninguna estructura existente, y aquellos elementos estructurales que se encuentren en mal estado, serán reforzados con la misma disposición actual; los locales que existen actualmente en planta baja, serán integrados en el patio como históricamente ya se produjo, a la vista de los huecos marcados en los muros de carga existentes", se precisa.
El edificio cuenta con Protección Arquitectónica Grado I y está incluido en la relación de inmuebles con pinturas murales del sector Centro Histórico, como inmueble confirmado con presencia de pinturas murales.
Origen del edificio
El Palacio se construyó a finales del siglo XVIII, y perteneció a los Marqueses de Valdeflores, "pero no como palacio, sino como posada con caballerizas y otros servicios de hostelería". En 1895 fue heredado por la Condesa de Albareda quién lo reformó hasta convertirlo en el palacio actual.
Esta condesa, según se indica, fue la última propietaria antes de que la Diputación se hiciera cargo del mismo en 1985 y lo sometiera "a una profunda restauración en 1988". Se ubica junto a la muralla medieval de la calle Carretería.
"Además de la existencia de pinturas murales en la fachada, con motivos de arquitecturas fingidas de avanzado barroquismo, y con motivos florales y vegetales (...), también existen pinturas interiores en los techos de diversas estancias", se destaca. En la biblioteca de primera planta, existen pinturas al óleo en los techos, firmadas por José Fernández de Alvarado, pintor malagueño discípulo de Muñoz Degrain.