La vieja aspiración de la Universidad de Málaga de crear un espacio mediante el que sacar la docencia de las aulas empieza a cumplirse. Años después de que se sembrara la semilla, en forma de idea, la institución académica acaba de formalizar el contrato que va a permitir que este equipamiento innovador y en el que se aplican las técnicas de inteligencia artificial se haga realidad.
La materialización de estas instalaciones, proyectadas junto a la Facultad de Educación del campus de Teatinos, van a correr a cargo de la empresa C. Lasor, cuya oferta rebaja sitúa la inversión material en poco más de 500.000 euros. El plazo de construcción, que empieza a contar desde este 20 de julio, es de 4 meses.
Grosso modo el proyecto consiste en generar un aula al aire libre como espacio educativo semi exterior que podrá ser utilizada por cualquier grupo reducido de la Universidad. Pero ¿qué hace tan atractiva esta iniciativa? Una primera consideración es que en su diseño ha participado un equipo multidisciplinar integrado por profesores de Arquitectura, Ingenierías Industriales y Telecomunicación.
Una de las particularidades de la iniciativa es que puede mejorar las condiciones exteriores por medio de la cubrición del espacio educativo y de la implementación de sistemas activos que funcionen con la captación de energía sobre la cubierta.
El bautizado como E4 Espacio Exterior Educativo Eficiente tendrá capacidad para un aforo de unas 35 personas. El interior del aula alberga tres subespacios que permiten cierta flexibilidad en el uso docente. Una de las zonas es un graderío a tres niveles, donde se sientan los alumnos. Este aforo se encontrará bajo cubierta, con una superficie de 110 metros cuadrados.
El diseño se ha realizado mediante un software que permite adaptar este mismo prototipo a cualquier otro espacio del campus universitario. En el proceso de elaboración se empleó un escaneo láser 3D para obtener una nube de puntos del espacio.
Para ello se toman en consideración 45 parámetros de uso, ambientales, formales, espaciales, organizativos, estructurales y climáticos que definen el edificio y todas las configuraciones posibles según el entorno en el que se inserte. Todo ello permite agilizar el diseño de proyectos similares en un 60%, según se destaca.
Para su formalización se opta por el uso de superficies curvas, ejecutadas como cáscaras de hormigón. La traza de estas curvas se basa en catenarias que disminuyen las tensiones de tracción y que permiten simplificar constructivamente la ejecución.
Los responsables del proyecto apuntan que para lograr una completa utilización del espacio, éste ha de adaptarse desde su diseño inicial a la climatología del entorno. Según los técnicos, uno de los problemas principales se relaciona con las corrientes de aire no controladas. Así, el propósito es que el Proyecto E4 colabore en atemperar las condiciones climáticas exteriores para crear un ambiente "lo suficientemente agradable como para desarrollar la actividad planteada".
Y para ello se proponen barreras contra el viento, sombreamiento, que se han tenido en cuenta en el diseño arquitectónico; aislamiento e inercia térmicas, evitando el sobrecalentamiento a lo largo del día y favoreciendo el enfriamiento nocturno; se desarrolla un sistema de superficies radiantes con tubos embutidos por los que circula agua y mejoran la sensación térmica interna en invierno en al menos 5 grados centígrados.
Detalles del proyecto
El plan también incluye la instalación de 184 módulos fotovoltaicos hexagonales en la cubierta del pabellón que suministrarán la energía necesaria para la bomba de calor del suelo radiante y los sensores.
El edificio se dota de sistemas inteligentes, contando con sensores para medir variables relacionadas con el confort y la eficiencia energética, caso de la temperatura ambiente, la humedad, la presión atmosférica, la temperatura en superficie, el nivel de CO2… A estos hay que sumar sensores infrarrojos pasivos de detección de presencia, sensores infrarrojos activos de ocupación en las gradas, cámaras y sensores de diferencial térmico.
El pabellón E4 contará, asimismo, con algoritmos de inteligencia artificial (IA) que se encargarán de predecir la sensación térmica, así como de detectar la ocupación para el control de los sistemas y maximizar la eficiencia energética y el confort de las personas.