Málaga

Casi 240 años después de que se diese por finalizada la construcción de la Catedral de Málaga, uno de los principales monumentos de la ciudad afronta una tardía pero imprescindible obra de reparación de sus cubiertas. Un proceso de sanación indispensable para, debido a los testimonios de los arquitectos del edificio histórico, curar las profundas heridas que desde hace décadas viene sufriendo como consecuencia de la filtración de agua y las humedades generadas.

Tras una larga espera, por fin el Obispado, como propietario del inmueble, encara el paso el impulso definitivo de los trabajos de la mano de los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chicha y Adolfo de la Torre Prieto. Suyas son las firmas que figuran en el proyecto de ejecución del nuevo tejado, que desde este martes dispone ya de la preceptiva licencia por parte del Ayuntamiento.

Un permiso otorgado con una celeridad inusitada y con el anuncio formal realizado por el alcalde, Francisco de la Torre, por medio de sus redes sociales. A la espera de que la propiedad disponga de los fondos necesarios para avanzar en financiación de esta importante intervención, resulta cuando menos necesario analizar en detalle la letra pequeña de la autorización municipal.

Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo asumen como válidas las observaciones recogidas en la Resolución de Autorización de la Consejería de Cultura, en el sentido de recomendar a los promotores de la obra el desmontaje de los solados y revestimientos de la actual solución constructiva "previamente al comienzo de la ejecución de la estructura de cubierta superior, dejando a la vista la lámina de plomo existente como protección e impermeabilización provisional, a fin de descargar de peso las bóvedas y arcos, facilitar la ejecución de la estructura y evitar la realización de cuantos trabajos de demolición sea posible una vez realizada la cubierta".

Un segundo apunte es el de realizar los ensayos de caracterización de la piedra constitutiva de muros y cornisas que vayan a recibir tratamientos con consolidantes químicos y morteros, "a fin de determinar sus actuales características y compatibilidad con los mismos y de poder elegir los productos definitivos". 

Imagen de archivo de una de las grietas que presenta la cubierta de la Catedral de Málaga.

En este punto, se añade: "Dichos estudios y sus conclusiones se presentarán en esta Delegación Territorial (entiéndase la de Cultura) para su conformidad por los técnicos en restauración antes de la licitación de las obras". En este sentido, Cultura pedirá al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico los datos de Diagnóstico Previo con datos de materiales que, según el informe de 1997 deben obrar en sus archivos, relativos al estudio de la piedra de la construcción, su clasificación, procedencia, datos climáticos, contaminación y deterioro, así como características físico-mecánicas, químicas…

Para el periodo de obra sobre el templo, se indica en la licencia que una vez desmontada la actual cubierta, "deberá investigarse la posibilidad de establecer unos apoyos intermedios para las vigas de gran canto proyectadas, sobre los pilares occidentales del crucero, con el fin de reducir las reacciones en sus extremos y repartir la carga de forma más homogénea en esta zona, no implicando necesariamente la reducción del canto de dichas vigas". Asimismo, se reclama el aporte del Estudio Seguridad y Salud visado, así como certificados de intervención en las obras.

Coste de la obra

Pero el documento municipal recoge otros detalles ciertamente relevantes, como que la obra de ejecución material tenga un valor de partida de 7.020.386,7 euros, suma que, a buen seguro, se incrementará una vez se tomen en consideración las importantes variaciones que la crisis de suministros y la elevación de los precios de los materiales tiene sobre el proyecto. 

Conforme a las estimaciones técnicas, para el desarrollo de las actuaciones se prevé la instalación de dos grúas de 60 y 65 metros de altura, respectivamente. En cuanto a los plazos de materialización, únicamente se fija la necesidad de que los trabajos arranquen en un máximo de 6 meses a contar a partir del día siguiente al de la notificación de la licencia, fijándose, igualmente, un plazo de interrupción máximo de las mismas de 6 meses. 

Un calendario que podrá ampliarse en caso de que el interesado no pueda cumplir con el plazo estipulado por causa imputable a la Administración. Por otro lado, el plazo previsto para la ejecución de las obras es de 36 meses. Pese a esta última estimación parece factible, a ojos al menos de los arquitectos de la Catedral, que la intervención se desarrolle en unos dos años.

Infografía de la zona resultante tras la construcción de la nueva cubierta de la Catedral de Málaga.

¿Cómo será la nueva cubierta?

La futura estructura será mixta, de madera laminada de alta densidad y acero, "la opción más ligera y respetuosa con el proyecto de cubierta original", de Ventura Rodríguez. Asimismo, se emplearán los materiales que mejor hermanan con la fábrica del histórico inmueble, dando cabida a la última tecnología desarrollada por la industria. La cobertura de la estructura se hará con teja vidriada, material de probada eficacia y que protege los edificios históricos y de mayor importancia de la ciudad.

Entre las ventajas previstas con el proyecto destacan una mayor facilidad en las labores de mantenimiento y una mejora en la visita turística, ya que los usuarios podrán ver las bóvedas bajo la cubierta y contemplar la ciudad a través de un recorrido perimetral.

Con el impulso del tejado a dos aguas se dará cumplimiento, casi dos siglos y medio después, a las recomendaciones del arquitecto Ventura Rodríguez, quien dejó escrito: "No hay otro medio que el de cubrir con su armadura y tejado, haciendo que las bóvedas no se recalen, haciéndonos ver la experiencia lo perjudicial que es tener la fábrica al descubierto… y, de modo que, si no se pone reparo del cubierto, en poco tiempo seguirá la ruina y la necesidad de tener que renovar la fábrica".

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