Tras muchos años de espera, el nuevo tejado de la Catedral de Málaga, con el que paliar los graves problemas de humedad que presenta el histórico edificio de la capital de la Costa del Sol, toma forma de manera acelerada. Y lo hace con la financiación prácticamente garantizada después de que este lunes la Junta de Andalucía haya anunciado su compromiso de aportar 5,3 millones de euros al proyecto.
Así lo ha verbalizado la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España, en un foro organizado por el diario Sur. La asignación señalada viene a sumarse a las aportaciones ya concretadas por el Ayuntamiento de Málaga, por el momento de 1 millón de euros pero con previsión de aumentar; y los 3.250.000 euros de la Diputación provincial.
Con todo, son ya algo más de 9,5 millones de euros procedentes de las Administraciones públicas, a los que ha de añadirse el préstamo formalizado por el Obispado con una entidad bancaria para disponer de otros 3 millones de euros.
El coste global estimado para la operación de ejecución de la nueva cubrición, así como de otros elementos, ronda los 17 millones de euros. Una cifra que está muy por encima de los alrededor de 10 millones de euros marcados en el proyecto de ejecución sobre el que la Gerencia de Urbanismo otorgó la licencia de obras.
Dos años y medio de obras
Sobre esta base ya garantizada, la pretensión ya expuesta por parte de la Diócesis de Málaga es poner en marcha en los primeros meses de 2023 la licitación para contratar unos trabajos de construcción que podrían necesitar de unos dos años y medio. Conforme a este calendario, parece factible pensar en que la cubierta a dos aguas, recuperando la idea inicial del arquitecto de la Catedral, sea una realidad a finales de 2025 o inicios de 2026.
Los actuales responsables técnicos del templo, con Juan Manuel Sánchez La Chica al frente, plantean una estructura mixta, de madera laminada y acero, que sea respetuosa con la idea original de Ventura Rodríguez, pero sin perder de vista las prestaciones ofrecidas por la arquitectura moderna. Especialmente en lo que a resistencia, recubrimientos ignífugos y dispositivos de prevención, detección y extinción de incendios respecta.
Entre las ventajas previstas con el proyecto destacan una mayor facilidad en las labores de mantenimiento y una mejora en la visita turística, ya que los usuarios podrán ver las bóvedas bajo la cubierta y contemplar la ciudad a través de un recorrido perimetral.
Pero es importante precisar que no sólo se propone una cubierta inclinada para cubrir las cúpulas de la nave y la girola, sino también intervenir en las cubiertas intermedias y en el sistema de bajantes.
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