De acuerdo con lo recogido negro sobre blanco en el documento contractual, al que tiene acceso EL ESPAÑOL de Málaga, la Agencia de Obra Pública de Andalucía, como responsable de la infraestructura, asumió la obligación de tener finalizados los tramos Renfe-Guadalmedina y Guadalmedina-Atarazanas del Metro de Málaga el 30 de noviembre de 2022.
Esta fecha, como queda demostrado, se va a superar con creces antes de que se dé por concluido todo el proceso necesario para la puesta en servicio del kilómetro que desde mediados de 2014 separa el punto actual al que llega el suburbano, la estación de El Perchel, y la Alameda Principal.
Una cuenta atrás en la que está instalada desde hace meses la Consejería de Fomento y a la que se sigue sin poner fecha de finalización. Lo más que se sabe hasta el momento, más allá de los mensajes oficiales sobre la continuación de las pruebas en el interior del túnel, es el acuerdo adoptado por la Junta de prorrogar hasta finales de enero del año que viene uno de los contratos clave de la infraestructura: el correspondiente a las instalaciones y arquitectura.
Y ello, en buena medida, por el alargamiento del proceso de pruebas dinámicas y del material móvil que realiza la empresa Alstom. Es justamente esta fase de la etapa final de comprobaciones lo que está demorando sine die la esperada llegada del Metro a la estación Atarazanas, situada en el lateral norte de la Alameda.
A diferencia de lo ocurrido en los más de 16 años transcurridos desde que se dio el pistoletazo de salida a la construcción del suburbano malagueño, en los que son varias las modificaciones contractuales formalizadas, la falta cometida por la Junta al no completar el trazado al Centro en el plazo previsto no va a traer consecuencias económicas en su relación con Metro de Málaga
Así lo confirman desde la Consejería de Fomento. Y así queda de manifiesto en el contrato vigente. En este caso no tanto porque se aluda a ello de manera directa, sino porque se omite cualquier penalización derivada del incumplimiento que supone superar la fecha del 30 de noviembre.
Frente a este silencio intencionado respecto a la terminación y puesta en servicio de los dos tajos aún pendientes de explotación, el contrato sí marca con claridad y contundencia que cualquier retraso en la terminación y puesta en servicio de la prolongación del trazado hasta el Hospital Civil sí será fruto de nuevas penalizaciones económicas.
551 millones entre 2021 y 2027
En este caso, la fecha que se toma como referencia es la del 31 de diciembre de 2027. Sobre el particular, el documento recoge literalmente que de sobrepasarse ese día sin que los trenes hayan llegado hasta la parada final "el periodo transitorio se entenderá prorrogado de forma automática hasta el 31 de diciembre de 2030".
¿Qué supone ello? Básicamente, que la millonaria carga económica que desde 2014 vienen soportando las arcas autonómicas por el retraso continuado en la terminación de la red del Metro se prolongará tres años más. Y ello se traduce en varias decenas de millones de euros más a abonar a los socios privados.
Como consecuencia de los incumplimientos de años pasados, el actual periodo transitorio está vigente hasta finales de 2027, momento en que se espera se complete el recorrido del suburbano y se alcance una demanda de viajeros suficiente para garantizar la estabilidad del proyecto.
Para demostrar el impacto que tiene para el bolsillo de todos los andaluces la demora en la obra sirvan los datos recogidos en el actual contrato del ferrocarril urbano, suscrito después de que la Junta decidiese modificar el método de construcción del ramal al Civil, inicialmente proyectado en superficie y que será ejecutado bajo tierra. Una modificación sustancial por cuanto altera de manera considerable los plazos de terminación.
Ante este nuevo escenario, la Junta y sus socios privados decidieron ajustar las condiciones del contrato de concesión, vigente hasta diciembre de 2042, ajustando las compensaciones económicas con las que pagar por todos los viajeros que se dejan de transportar por el retraso en la infraestructura.
Los datos desde finales de 2020 son ciertamente esclarecedores. Según lo recogido formalmente, el dinero que le va a costar al Gobierno andaluz el Metro de Málaga hasta finales de 2027 (se incluye la compensación a la concesionaria y la subvención mediante la que se reduce el coste final del billete al usuario) son algo más de 551 millones de euros. Una cifra a la que habría que sumar otros 325 millones de euros en el supuesto de que la llegada al Civil se fuese más allá de la Nochevieja de 2027.