La venta de suelos vuelve a convertirse en una de las principales fuentes de ingresos de la que se va a nutrir el Ayuntamiento de Málaga para afrontar el desarrollo de inversiones el año que viene. Un objetivo para el que la Gerencia de Urbanismo ha diseñado una hoja de ruta que incluye operaciones inmobiliarias con las que espera recibir un mínimo de 22 millones de euros.
La cuantía es resultado de las enajenaciones planificadas en el proyecto del presupuesto municipal para 2023, entre los que por vez primera se recogen 10,9 millones procedentes de la subasta de las torres que el Consistorio tiene en los antiguos terrenos de Repsol.
La suma se corresponde con el 25% del precio mínimo establecido para los cinco lotes en los que se dividen los aprovechamientos municipales en el sector. El precio de partida es de 43 millones (sin IVA).
Sea como fuere, se trata de una venta hoy por hoy atascada por la existencia de un contencioso administrativo presentado meses atrás por el colectivo Bosque Urbano contra el concurso de enajenación. Una circunstancia que provoca no pocas dudas entre los licitadores que han presentado oferta sobre si mantener o no sus ofertas.
En este punto, el siguiente movimiento previsto por Urbanismo, a la espera de lo que decida el juzgado sobre la cuantificación de las costas a Bosque Urbano tras ser denegadas las medidas cautelares solicitadas, pasa por otorgar próximamente un nuevo plazo para que los promotores interesados en comprar los terrenos de Repsol confirmen su determinación respecto a seguir o no en el concurso. En el supuesto de que la respuesta sea negativa, la subasta quedará en agua de borrajas, obligando al ente municipal a retomar más adelante esta operación.
El de Repsol es el ingreso de mayor calado de los planteados para el ejercicio próximo. Pero no el único. Es de resaltar igualmente los 8 millones de euros (sin IVA) en los que se valoran los aprovechamientos que tiene el Consistorio en el sector Torre del Río, donde actualmente se construyen tres edificios de 21 plantas de altura, dos de ellos impulsados por Metrovacesa y otro por Sierra Blanca.
En este caso, el uso previsto es terciario/hotelero, dada la existencia de inversores interesados en desarrollar ambos usos. La intención municipal es activar en los próximos meses la subasta de los mismos.
Se trata, en cualquier caso, de un ingreso ya previsto en las cuentas de 2022 que no se ha formalizado. No obstante, el precio de venta crece respecto a lo estimado en 2022, cuando se fijaba en 6,8 millones. La operación afecta a un techo edificable de 8.593 metros cuadrados.
Las otras tres pastillas que serán objeto de enajenación son:
1. Parcela sobrante en la calle Ramos Carrión (Hotel Santa Catalina), con una valoración inicial, de 1.518.108,42 euros (IVA no incluido).
2. Parcela en la calle Santibáñez, 3, con un importe de adjudicación 1.074.380,17 € (IVA no incluido).
3. Venta de oficinas en la calle Joaquín Turina, 11, 2º Planta. Precio de licitación de 448.490,22 € (IVA no incluido).
Suben los ingresos por licencia
Siendo la venta de suelos una de las principales vías de ingresos para Urbanismo, que va a disponer de unos ingresos de 72,7 millones, no es la única. Otro de los apartados es el correspondiente a las licencias urbanísticas previstas para el ejercicio que viene. Este capítulo tiene asignados unos ingresos de 7.400.000 euros, un 2,07% más respecto a 2022.
Para hacer esta previsión, los técnicos municipales han analizado los últimos ejercicios (2018, 2019, 2020, 2021 y lo transcurrido del 2022), confirmando que las expectativas apuntan al mantenimiento de la actividad, de manera que se pueda terminar 2023 con, al menos, los mismos datos, que en 2022.
De cara al año que viene, la previsión es que entren en el Departamento de Licencias obras de nuevas edificaciones en zonas como Cañada de los Cardos (finalizando su desarrollo) y Distrito Z, donde se esperan los primeros permisos.
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