Arranca la cuenta atrás para que la Catedral de Málaga disponga de un nuevo tejado y de una solución definitiva a los graves problemas de humedad que viene arrastrando desde su construcción, hace casi 500 años.
El arranque acaba de ser activado este martes por el Obispado con la apertura del plazo para que las empresas interesadas soliciten los pliegos de condiciones técnicas y administrativas y formulen una oferta con la que competir por hacerse con uno de los proyectos más importantes en la capital de la Costa del Sol.
Y no sólo por el valor simbólico de la operación, sino también económico. De partida, el presupuesto base que se maneja para la ejecución del tejado a dos aguas, junto con el resto de intervenciones planteadas por el equipo de arquitectos del templo, con Juan Manuel Sánchez La Chica al frente, ronda los 17 millones de euros.
Y en cuanto al plazo de ejecución, se manejan no menos de dos años y medio. Porque como viene señalando desde hace meses Sánchez La Chica, la operación no pasa sólo por sustituir la cubierta, llena de grietas, sino por arreglar todo el sistema completo de pluviales, con los bajantes y las terrazas intermedias como elementos destacados.
Las firmas tienen de plazo hasta el 10 de febrero para formular sus propuestas técnicas y económicas. Desde ese momento, el Obispado iniciará el proceso de análisis, que podría demorarse varios meses. Con todo, parece asumible pensar que antes del verano pueda estar resuelta la selección de la empresa o empresas que recibirán el encargo para el desarrollo de la obra.
Y a partir de ese momento, podrían dar inicio los trabajos, dado que el proyecto de intervención cuenta con licencia de obras por parte del Ayuntamiento desde hace meses. En concreto, desde el 23 de agosto pasado. Lo llamativo del caso es que el presupuesto material de ejecución fijado en el citado expediente es de apenas 7 millones, 10 menos que lo que se estima va a costar la obra.
De acuerdo con el plan de obra, los trabajos van a requerir de la instalación de dos grúas de 60 y 65 metros de altura, respectivamente. La futura cubierta será mixta, de madera laminada de alta densidad y acero, "la opción más ligera y respetuosa con el proyecto de cubierta original", de Ventura Rodríguez.
Asimismo, se emplearán los materiales que mejor hermanan con la fábrica del histórico inmueble, dando cabida a la última tecnología desarrollada por la industria. La cobertura de la estructura se hará con teja vidriada, material de probada eficacia y que protege los edificios históricos y de mayor importancia de la ciudad.
Entre las ventajas previstas con el proyecto destacan una mayor facilidad en las labores de mantenimiento y una mejora en la visita turística, ya que los usuarios podrán ver las bóvedas bajo la cubierta y contemplar la ciudad a través de un recorrido perimetral.
Con el impulso del tejado a dos aguas se dará cumplimiento, casi dos siglos y medio después, a las recomendaciones del arquitecto Ventura Rodríguez, quien dejó escrito: "No hay otro medio que el de cubrir con su armadura y tejado, haciendo que las bóvedas no se recalen, haciéndonos ver la experiencia lo perjudicial que es tener la fábrica al descubierto… y, de modo que, si no se pone reparo del cubierto, en poco tiempo seguirá la ruina y la necesidad de tener que renovar la fábrica".
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