La conversión del Centro histórico en escenario casi único para la celebración de eventos sociales, culturales y deportivos en Málaga obligó años atrás al Ayuntamiento a actuar con firmeza y poner coto a muchas de las iniciativas presentadas. El resultado, pese a las apariencias, es evidente.
Los datos manejados por el área de Comercio, que tiene entre sus competencias el otorgamiento de las autorizaciones necesarias para estos actos, confirman una reducción significativa en la cifra de actividades de esta naturaleza en la zona de la almendra. Este 2022, según la estadística oficial, la cifra final es de 164, 75 menos que en 2019, el ejercicio previo a la crisis sanitaria de la Covid que tanto condicionó el día a día de los malagueños.
Lo que demuestran estos números no es sólo que hay menos actos en el Centro, sino que se produce una ampliación de los barrios y espacios en los que tienen lugar estas manifestaciones. En total, Málaga ha otorgado 471 permisos para propuestas de esta naturaleza, siendo rechazadas 36.
"Es un 25% menos que en 2019", explica la concejala del ramo, Elisa Pérez de Siles, quien subraya que aunque la impresión es que "los eventos que tienen lugar, principalmente, en el Centro histórico son casi infinitos, los números dicen otra cosa".
De acuerdo con esta relación, casi el 35% de los eventos se han localizado en el corazón mismo de la urbe. Un parámetro que siendo elevado dista sustancialmente del 65% registrado en los diez primeros meses de 2018, con 533 iniciativas (de un total de 821), o del 43% de 2017, cuando hubo 1.206 autorizaciones otorgadas.
Sirva como elemento comparativo que si entre enero y octubre de 2018 la media fue de 1,7 actos diarios en el casco antiguo (casi 12 semanales), en la actualidad este valor cae a 0,5 diarios, lo que supone unos 3,5 a la semana.
Sea como fuere, lo que resulta palmario es que "los colectivos quieren estar en el Centro". Y eso incluye la Plaza de la Constitución, Larios, Alcazabilla, la Alameda Principal, principalmente, pero también puntos menos habituales antes de la Covid, como las plazas de Camas y Félix Sáenz.
"Hay espacios que tendrían solicitudes todos los fines de semana, pero desde el área tratamos de esponjar a otras zonas", defiende Pérez de Siles, quien valora la existencia de emplazamientos "bonitos" donde se pueden realizar actividades, caso de Tabacalera o la avenida José Iturbe. "En los distritos este tipo de actividades suele tener muy buena acogida; en el Centro podemos pensar que está saturado", añade.
Desde Comercio precisan que la mayor parte de los eventos son "inocuos" desde el punto de vista medioambiental, tratándose de mesas petitorias, exposiciones de interés municipales o rodajes cinematográficos, por ejemplo.
Ante la evidente saturación de ejercicios anteriores, el Ayuntamiento optó por "bloquear espacios para actividades que no guardan un interés municipal y ello de forma coordinada con Medio Ambiente en el cumplimiento de la limitación de eventos en Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), que requieran equipos de reproducción sonora".
En este último supuesto, las excepciones son las fiestas de Navidad, Semana Santa, el Festival de Cine, eventos deportivos, el Carnaval, la Feria y actividades sociales. El objetivo grabado a fuego en el Consistorio es el de llevar a otros espacios estas iniciativas para "descentralizarlas, promocionando otros espacios como Tabacalera, los paseos marítimos, los parques municipales, el recinto Eduardo Ocón o el entorno de La Malagueta, por ejemplo".