El Ayuntamiento de Málaga reabre de nuevo las puertas al diálogo con el colectivo la Casa Invisible, que viene ocupando de manera irregular un edificio municipal en pleno Centro histórico desde hace 15 años. E, incluso, ya maneja la opción de que siga desarrollando sus actividades en el mismo una vez sea rehabilitado pero compartiendo el espacio con otras entidades.
En estos términos se ha expresado el alcalde, Francisco de la Torre, a la conclusión del primero de los encuentros programados con los representantes de La Invisible. Tras la reunión, que se ha alargado cerca de hora y media, el regidor ha confirmado que "el proceso de diálogo va a seguir".
De hecho, para la semana que viene hay previsto otro cara a cara. Esta recuperación de los contactos entre las dos partes se produce a cuatro meses vista de las elecciones municipales, a las que De la Torre vuelve a concurrir como cabeza de cartel por el PP, y de que desde hace algo más de un año el Consistorio venga reclamando en la vía judicial el desalojo del inmueble con el objetivo de proceder a su rehabilitación integral.
"Hemos expuesto las razones por las que queremos tener la seguridad de que el edificio está en condiciones", ha expresado el alcalde, quien ha recordado que el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) cuenta con un estudio para realizar catas geotécnicas en el inmueble. Una tarea que podría requerir el desalojo del edificio.
Frente a la vía de acción que viene manejando desde hace años la Administración local, con un edificio que adquirido hace casi 20 años para la instalación de una incubadora de empresas culturales, La Invisible sigue apostando por desarrollar un proyecto propio de recuperación que podría hacerse por fases. Sobre ello, el alcalde ha admitido la posibilidad de estudiar "algunos temas planteados, en el sentido de no seguir con el desalojo".
Llegamos a este punto, la posición municipal respecto a la necesidad de vaciar el edificio de la calle Nosquera parece mantenerse firme. De la Torre sí ha informado, como novedad, que ha pedido al colectivo que el equipamiento pueda ser "compartido con otras entidades, cooperativas, relacionadas con el mundo de la cultura".
Sobre ello, fuentes municipales han precisado que la idea es que La Invisible pueda volver una vez sea desarrollada la labor de recuperación, "pero tendría que compartir el espacio; no podría tenerlo en exclusiva". Y esto, en esencia, implica un cambio de guion, toda vez que hasta la fecha siempre se había relacionado el futuro uso del edificio de Nosquera a un concurso.
La última ocasión en la que el Consistorio pidió en los juzgados el desalojo fue el pasado mes de octubre. Y no ha sido la primera. La razón que esgrimen los responsables municipales para plantear esta medida es la necesidad de intervenir dado el mal estado de conservación que tiene el edificio.
Según los informes de la Gerencia de Urbanismo, hay salas clausuradas y una recomendación que pesa desde finales de 2014 para que no haya eventos de concurrencia pública. "¿Tiene que ocurrir un desastre, tiene que fallecer alguien para poner sobre la mesa que es necesaria una rehabilitación integral?", se llegó a preguntar hace casi un año el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López.