Si es de los que camina cerca de uno de los cientos de quioscos instalados en los distritos de Málaga capital es posible que estos días haya notado algo extraño en su recorrido diario. Y esa rareza en el paisaje urbano para usted habitual puede que sea la desaparición de esa especie de templete que durante años dio vida al barrio y que, de un tiempo a esta parte, ha decaído en un negocio muerto.
Porque justamente en estas semanas, el Ayuntamiento ha dado el paso de acometer la retirada de 95 estructuras vinculadas a "licencias que han sido resueltas por inactividad". Una maniobra que se hace sin coste alguno por los antiguos titulares; las estructuras son trasladadas a las instalaciones de los distritos correspondientes y allí permanecen un máximo de dos meses antes de ser enviadas a chatarra.
Así lo confirma la concejala de Comercio, Elisa Pérez de Siles, quien argumenta la necesidad de evitar que esos puestos, cerrados a cal y canto, sigan acumulando suciedad y "dando mal aspecto a la ciudad".
La edil admite que debido a un déficit de espacio municipal donde localizar estas instalaciones es imposible acometer la retirada de la totalidad de manera inmediata. A esto se suma que previamente, desde el departamento, ha sido remitida una comunicación a los anteriores titulares dándoles la posibilidad de que ellos mismos realicen el traslado.
Es importante señalar que el quiosco físico no es propiedad del Consistorio, sino del empresario, mientras que el Ayuntamiento sí tiene la competencia sobre la licencia. Sea como fuere, Pérez de Siles confirma que no es habitual que de manera directa los quiosqueros asuman la retirada. Actualmente, Comercio está actuando sobre aquellas instalaciones que a ojos de las juntas de distrito son más problemáticos y han generado más quejas vecinales.
La pretensión municipal es la de impulsar la licitación de estas autorizaciones a nuevos operadores interesados en aprovechar las posibilidades que permite la ordenanza. "La idea es que sirvan a gente que quiere iniciar un negocio con precios atractivos, sin tener que enfrentarse a unos alquileres que son más elevados", explica la concejala.
Es el mal que toca la fibra de unos empresarios que tratan de sortear los malos tiempos buscando alternativas, nuevos nichos de comercio y transformando sus establecimientos en puntos de recogida de compras online, en cafeterías, en panaderías, en cajeros automáticos o de adquisición de entradas para ir al teatro.
Para evitar que ese casi centenar de quioscos defenestrados sean acompañados por otros muchos aún abiertos y activos, Comercio impulsa un cambio normativo que permitirá a los titulares de las licencias transformar sus negocios, históricamente ligados a la venta de prensa escrita o chucherías.
La crisis de la prensa escrita en las últimas décadas ha golpeado de manera evidente al sector, que busca de manera insistente una tabla a la que agarrarse para mantenerse a flote. Y ese esfuerzo por sobrevivir, cuenta con el aval municipal.
Cambios en la ordenanza
Hasta principios de año, según los datos municipales, son 437 las licencias en vigor. Pese a ello, es evidente que no todos ellos funcionan de manera habitual. Pérez de Siles reconocía a EL ESPAÑOL de Málaga semanas atrás que muchos de los concesionarios parecían esperar a conocer el efecto de la modificación de la ordenanza en tramitación para mover ficha.
El principal beneficio de la propuesta, tramitada tras un largo periodo de negociación con los quiosqueros, es que donde antes sólo se podían comprar periódicos o revistas, ahora los clientes van a poder encontrar un puesto de flores, cajeros automáticos para sacar dinero y módulos para el reparto de paquetería y productos de venta online.
Cambios radicales que ya se están aplicando en varios negocios. Lo único que no fue admitido por Comercio es la colocación de puntos de recarga de patinetes eléctricos. Y ello por entender que entraría en conflicto con la actual norma de Movilidad de la ciudad, que prohíbe el tránsito de estos dispositivos por las aceras.
La ‘nueva’ ordenanza, además flexibilizar los destinos del negocio, incorpora la posibilidad de extender hasta 25 años el periodo de concesión de la instalación, pudiendo ser prorrogado por otros 15 años.