Casi una década después de que Málaga reactivase la herramienta mediante la que viene presionando a los propietarios de parcelas y edificios muertos del Centro histórico para lograr su desarrollo, el Ayuntamiento da una vuelta de tuerca al registro de solares, fijando una nueva estrategia a la hora de dar prioridad a los inmuebles que van a pasar a formar parte del mismo.
La nueva hoja de ruta va a hacer que los técnicos de la Gerencia de urbanismo pasen a contemplar como "prioritarias" parcelas con obras "inacabadas paralizadas", fincas "sin propiedad aparente y aquellos edificios con problemas de conservación enclavados en los ámbitos de especial protección".
De este trío de referencias, es especialmente llamativa la alusión a los inmuebles sin propietario conocido. De hecho, el departamento dirigido por el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, reconoce la "persistencia de un significativo grupo de inmuebles en los que las actuaciones administrativas (...) han resultado infructuosas al ser desconocidos sus titulares o ignorarse su paradero".
"Se trata de solares o edificios abandonados durante décadas cuya titularidad es desconocida; sus datos registrales carecen de anotaciones que den cuenta de tráfico civil, como herencias o ventas, durante décadas", se insiste en el expediente, apuntando que su falta de mantenimiento obliga en muchas ocasiones al Consistorio a intervenir de manera subsidiaria.
Tras su actualización a principios de año, el registro mantiene en este estado seis inmuebles del entorno del Centro: Muro de las Catalinas, 6 (1999); Pinillos, 8 (1999); Vital Aza, 13 (2000); Coto de Doñana (2002), Carrera Capuchinos, 38 (2011); Postigo Juan Boyero, 5 (2011).
Conforme al análisis municipal, se trata de construcciones generalmente apartadas de los itinerarios de mayor monumentalidad o representatividad de la ciudad, pese a lo cual contribuyen a una "mayor degradación" de los entornos en los que se localizan. Urbanismo habla, en concreto, de Lagunillas, las márgenes de Carretería y Capuchinos.
La decisión de dar prioridad a los mismos a la hora se incluirlos en el Registro de Solares, abriendo la puerta a su "eventual expropiación y/o venta forzosa" busca evitar que su situación de abandono persista de manera indefinida.
"La problemática que plantean estas fincas difícilmente puede tener solución en el marco de la iniciativa privada, como otras cuyos propietarios constan acreditados en los registros públicos", se remarca.
En el expediente, además, se recuerdan las garantías legales existentes para ir adelante con estas operaciones. Esta hoja de ruta incluye publicaciones en los boletines oficiales, nota al Ministerio Fiscal y el ingreso del importe correspondiente a la expropiación/venta forzosa del inmueble en la Caja General de Depósitos por un periodo de 10 años, "con objeto de que pueda ser reclamado, en su caso y justificadamente, por los posibles titulares o herederos".
Edificios sin terminar
Otro grupo de fincas que generan "gran cantidad de inconvenientes" son las que albergan obras sin terminar, incumpliendo los plazos otorgados en las correspondientes licencias.
Se trata, en su mayoría, de episodios en los se han detenido los trabajos habiéndose demolido elementos estructurales o de cubrición, dejando al edificio "en un estado que puede incidir negativamente en la conservación del propio inmueble, vía pública o colindantes". En estos casos la propiedad ha renunciado a la culminación de la obra o bien ha incurrido en un procedimiento de concurso de acreedores o ejecución hipotecaria.
La aprobación de estos nuevos criterios de funcionamiento del Registro de Solares va a ser objeto de aprobación por parte del Consejo de la Gerencia de Urbanismo que tiene lugar este viernes. En el documento realizado por los técnicos, se pone en valor el resultado logrado en los últimos años con este instrumento.
Los datos corroboran este éxito. Desde 2014 hasta 2019, se incoaron alrededor de 105 expedientes y fueron archivados 37 por cumplimiento de la propiedad. En este intervalo, su funcionamiento ha contribuido a la regeneración de entornos como los de la calle Jinetes, Mártires, Somera, Pozos Dulces, Carretería, etc.
Desde Urbanismo se justifica la decisión de fijar estas prioridades en que en los dos últimos años ha recibido más de un centenar de solicitudes ciudadanas instando a que se proceda a la inclusión en el registro "de un variopinto conglomerado de fincas que incluyen suelo público destinado a equipamiento; inmuebles afectados por diversas servidumbres, tanto terrestres como marítimas y un largo etcétera de fincas cuya inclusión en el Registro resulta legalmente improcedente o nada aportaría a su finalidad pública como es el caso de algunas parcelas en barrios de unifamiliares aisladas de baja densidad y rodeadas de espacios verdes alejadas del entorno propiamente urbano".
Ante esta reclamación, se considera necesario asumir unos "criterios de prelación" que atiendan a la problemática real. Desde la entrada en vigor de la ordenanza que fija el funcionamiento del registro de solares, en 2019, unas 30 fincas han sido reedificadas o rehabilitadas; se ha solicitado licencia de obras o tramitación de figura de planeamiento respecto de unos 60 inmuebles de los 62 actualmente incluidos. Alrededor de 20 de ellos se encuentran ya en proceso de ejecución de obras en entornos como los de la calle Tomás de Cózar, Postigos o Don Juan de Málaga.