Los restos del antiguo arrabal musulmán de Attabanim, que hunden sus raíces en el siglo XI, se vuelven a cruzar en el camino del Metro de Málaga. Tras casi dos años de trabajos arqueológicos en la Avenida de Andalucía, como parte final del trazado del suburbano al Centro, el ferrocarril urbano se topará de nuevo con el antiguo asentamiento árabe en su crecimiento hacia el Hospital Civil. Este enclave era ocupada, entre otros, por "tratantes de paja".
Así se apunta en los documentos técnicos que forman parte del proyecto de construcción del primero de los tres tramos en los que ha sido dividida la prolongación completa de la línea procedente de Carretera de Cádiz (L2) hasta el entorno del futuro tercer hospital.
El estudio sobre el patrimonio recogido en el expediente, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga, confirma la necesidad de que antes de acometer la construcción de la parte del recorrido entre la estación Guadalmedina y la calle Hilera se desarrolle una excavación en extensión en el punto crítico del trazado.
De manera precisa, los especialistas apuntan la posibilidad cierta de que aparezcan "restos arqueológicos pertenecientes al Arrabal de Attabanim en el subsuelo, en el tramo de calle Armengual de la Mota".
Al tiempo, se precisa que este mismo punto geográfico "coincide, según las hipótesis planteadas por los investigadores, con el trazado de la cerca o muralla de cierre del arrabal del mismo nombre en dicha calle; la continuidad de estructuras islámicas relacionadas con el exterior del arrabal no queda descartada, al menos en el primer tramo de calle Hilera". Este resto documentado está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
La intervención de mayor enjundia, dado que el control de tierra se extiende a los 1,8 kilómetros de todo el recorrido futuro, se acota a un área de apenas 60 metros de longitud de la calle Hilera. En el mismo se plantea una excavación en extensión.
"Tras la redacción y aprobación de proyecto arqueológico, se procede a la excavación del área de afección del proyecto, que se iniciará con la excavación mecánica de las afecciones y servicios afectados relativos a canalizaciones y saneamientos existentes", se precisa en el documento. Y a partir de ahí se extraerán los rellenos contemporáneos hasta la localización del terreno arqueológico.
Una vez sea localizado algún elemento arqueológico, se acometerá la labor de manera manual "de los estratos y estructuras arqueológicas hasta afección o hasta terreno estéril arqueológico". Y se realizará una recogida selectiva del material localizado para su posterior catalogación.
En el supuesto de que durante las obras se detecten hallazgos, se paralizará la actividad en la zona y se comunicará a la Consejería de Cultura "con la mayor inmediatez posible, como máximo a los 2 días del hallazgo". Será este organismo autonómico el que se encargue de fijar las medidas a adoptar en función del tipo de hallazgo encontrado.
Punto crítico del trazado
Conforme a los análisis técnicos, es este tramo inicial el que presenta un mayor riesgo arqueológico para el proyecto del Metro. No obstante, el informe de Patrimonio apunta la existencia de otros escenarios de estudio a futuro. Es el caso de la proximidad del Convento de la Trinidad/ Arca de la Trinidad, que se localiza "a bastante distancia de las obras, no debiéndose ver afectado".
El impacto arqueológico en el pasado inmediato del Metro de Málaga es más que relevante. La riqueza de lo encontrado en la Avenida de Andalucía ha sido tal que ha motivado la creación de un espacio museístico propio en el interior del túnel del suburbano para su exposición. La propuesta, tras una larga espera, se encuentra ahora en fase de redacción, con la previsión de que a lo largo de este ejercicio pueda quedar desbloqueado.
Uno de los elementos más singulares de las excavaciones, que se extendieron en una superficie de unos 4.000 metros cuadrados (una de las mayores de España), fue el hallazgo de restos de una antigua casa del siglo XIII en el cruce de Armengual de la Mota con la Avenida de Andalucía.
La labor de decenas de arqueólogos permitió, en el avance de infraestructura hasta el Centro, sacó a la luz "una unidad doméstica englobada dentro de una manzana de casas". Los moradores de esta vivienda musulmana, según los especialistas, pudieron verse obligados a dejar la construcción ante la presión del ejército cristiano en su conquista de la ciudad.
"El diseño de esta unidad se ajusta a un modelo de arquitectura andalusí, de planta rectangular, que se levanta en torno a un patio central desde el que se da paso a las distintas habitaciones", relataban los arqueólogos.