Resignación, aceptación, asimilación y, en algún caso, malestar. Así empiezan a reaccionar muchos de los viajeros habituales del Metro de Málaga ante las restricciones que van a tener que sufrir para llegar al Centro durante la próxima Semana Santa.
El acuerdo alcanzado por la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la concesionaria responsable de la explotación del suburbano, Metro de Málaga, impedirá que los trenes lleguen a la estación Atarazanas entre las 17:30 y las 23:30 desde el Domingo de Ramos y hasta el Viernes Santo.
Como consecuencia, los pasajeros estarán obligados a bajarse en la parada Guadalmedina, localizada junto a El Corte Inglés, teniendo que recorrer a pie en ese intervalo horario los cerca de 500 metros para llegar a la Alameda y ver el paso de las procesiones.
El modelo de explotación acordado para esas fechas, después de que se haya anunciado que el tramo final del ferrocarril urbano se pondrá en servicio el próximo lunes, sí permitirá a los usuarios subirse al Metro en Atarazanas, incluso en el horario punta de Semana Santa, para dirigirse al resto de estaciones.
Blanca tiene 18 años y tiene, junto a su madre, silla en plena Alameda para presenciar los desfiles procesionales. Admite que la parada de Atarazanas era ideal para no tener que depender de los autobuses de la EMT o tener que desplazase a pie.
"El autobús tarda más y no nos gusta tanto, pero no nos quedará otra que bajar en Guadalmedina y andar esos metros; esperamos que para años próximos la gestión sea mejor, sobre todo para nuestros mayores", explica a EL ESPAÑOL de Málaga.
"Me conformo con ahorrarme el tramo desde el Vialia; a lo mejor, con lo que se lía en Semana Santa, es una buena decisión y nos podemos ahorrar problemas"
La opinión es compartida por Laura, que vive en la zona del parque María Luisa, en el distrito de Carretera de Cádiz. Cofrade de Expiración, dice conformarse con que el Metro llegue hasta El Corte Inglés. Pese a ello, considera "tremendo" que después de todo lo que llevan esperando los malagueños haya ocurrido esto. "Me conformo con ahorrarme el tramo desde el Vialia; a lo mejor, con lo que se lía en Semana Santa, es una buena decisión y nos podemos ahorrar problemas", añade.
Marcos lleva apenas unos meses viviendo en Málaga. Residente en el barrio de Teatinos y pese a que aún no controla demasiado sobre la ciudad, sí sabe de sobra que la Semana Santa es la fiesta que más movimiento provoca. "Incluso más que la Feria", comenta, y añade: "Tan nuevo, con las pruebas de seguridad recién acabadas… Con lo que pasó en Valencia, mejor prevenir que curar".
"A mí este cierre, más que seguridad me da lo contrario. ¿La parada no está preparada ni cualificada para ese volumen de personas? Es que entonces el problema va a estar siempre, porque a la gente de Carretera de Cádiz, que nos pilla bien, lo vamos a usar siempre para todo…", dice Lola, de Puerta Blanca, quien tira de ironía para comentar que el día que la red ferroviaria esté completa, hasta, por ejemplo, El Palo, "estarán, si acaso, mis bisnietos".
Vecinos de la Ciudad de la Justicia
Víctor y Mariví son vecinos de avanzada edad de Ciudad de la Justicia. Son de los habituales del suburbano porque les pilla a la puerta de su casa. "Quien espera lo mucho, espera lo poco", comenta Víctor, quien cree que bajarse en la parada de El Corte Inglés para ir a ver los tronos tampoco está tan lejos.
Su mujer defiende que se adopten medidas ante la cantidad de personas que acuden a ver la Semana Santa. "La concesionaria es la que sabe las condiciones que deben darse en su uso; si ven que debe ser así, ¿quiénes mejores que ellos para decidirlo? La gente se queja mucho", añade Víctor.
La compresión marca la respuesta de Cristina y María José, de Huelin. "Es verdad que se ha coordinado bastante mal que la inauguración sea la misma Semana Santa y no se pueda usar en todas las horas, pero comprendo que su ubicación hace que el que la use durante Semana Santa se quede encerrado dentro del recorrido oficial".
"Se ha coordinado bastante mal que la inauguración sea la misma Semana Santa, pero comprendo que su ubicación hace que el que la use se quede encerrado dentro del recorrido oficial"
En el barrio de La Luz, cerca de la parada que la línea 2 del Metro tiene en el distrito Oeste, Mari y dos amigas critican la decisión de la Junta de limitar la llegada de los trenes al Centro. "Yo tenía pensado ir, pero aún no sabía si en Metro o en autobús porque tengo un problema en la pierna; si es en Metro no me quedará otra que bajarme en El Corte Inglés; en la Alameda me vendría genial", explica. Una de sus íntimas le dice: "Si de El Corte Inglés a la Alameda no hay nada".
Una aceptación que se convierte en crítica cuando habla del transbordo obligatorio que van a tener que cumplir los viajeros procedentes de Carretera de Cádiz para llegar a la Alameda, ya sea en Semana Santa o el resto del año.
"Es increíble que haya que hacerlo para dos paradas. El tema de los trasbordos hace que me líe más, la verdad", comenta. La tercera amiga recuerda que en Madrid "están acostumbrados, llevan muchos años". "Y encima dicen que es para ir al Civil del tirón. Una línea para el Civil y otra para el Clínico… A ver cuándo hacen ya una para una buena marisquería; qué pena de recorridos", apostilla entre risas.