Todas las elecciones tienen algo de magia, algo de espectáculo teatral en el que los protagonistas tienden a hacer alardes de prestidigitación, buscando con ello llamar la atención del público, generalmente dispuesto a deleitarse con los trucos y maniobras orquestales que se presentan ante sus ojos.
Esta última semana, Málaga ha sido, justamente, un escenario plagado de representaciones. Casi a la carrera, el alcalde, Francisco de la Torre, ha sacado su chistera y su varita para encender los ánimos en la cuenta atrás a los comicios locales del próximo 28 de mayo.
En apenas cinco días, el veterano regidor, que aspira nuevamente a la reelección, ha concentrado una pléyade de anuncios de enorme envergadura. Proyectos que han sido objeto de trabajo desde meses antes pero que, casualidades de la vida, han visto la luz apenas jornadas antes de la convocatoria oficial de las elecciones locales.
La publicación el pasado martes en el Boletín Oficial del Estado de la convocatoria electoral cerró la puerta a que las administraciones hagan gala de sus logros. A sabiendas del efecto de esta limitación, la maquinaria municipal ha funcionado a pleno rendimiento, copando la agenda informativa de estos días con anuncios a mansalva.
El pasado jueves, De la Torre cumplió uno de sus más antiguos anhelos y la capital de la Costa del Sol acogerá en 2026 un CaixaForum. El acuerdo fue formalizado en acto público junto al presidente de la Fundación la Caixa, Isidro Fainé, y puso de manifiesto el músculo de la ciudad como referente cultural en España.
El nuevo centro, proyectado en la parcela localizada frente a la Comisaría Provincial de la Policía Nacional, será una marca más a sumar al Centro Pompidou, al Museo Ruso, al Thyssen, al Museo Picasso, al Museo de Málaga, a la Casa Natal Pablo Ruiz Picasso…
Apenas un día después, el alcalde, acompañado del consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal, y del presidente de la Diputación provincial, Francisco Salado, presentaron el proyecto de ampliación del estadio La Rosaleda, alcanzando las 45.000 localidades, y la regeneración del entorno urbano.
Una operación mayúscula que si bien inicialmente se vinculaba a la posibilidad de que España organice el mundial del año 2030, se quiere acometer incluso sin el evento internacional. Y todo ello cuando el Málaga C. F. tiene pie y medio en la tercera categoría del fútbol español.
La aspiración legítima de los propietarios del estadio a transformarlo, ampliando su capacidad y modernizando sus instalaciones, no es barata. El trabajo encargado al estudio de arquitectura Morph, sitúa el coste en entre 70 y 110 millones de euros, y permitiría al complejo disponer de una zona comercial y hotelera.
Rafa Nadal Club en Málaga
Y aunque no es directamente atribuible a De la Torre, casi al mismo tiempo que se producía el anuncio sobre la nueva La Rosaleda, saltaba la noticia del acuerdo de la promotora residencial de lujo Sierra Blanca con la entidad Rafa Nadal Club para el desarrollo de un gran espacio deportivo en el entorno del Palacio de los Deportes José María Martín Carpena.
La alianza empresarial confirmaba que había hecho llegar al Ayuntamiento el proyecto y la solicitud para disponer de la concesión demanial de los 33.000 metros de suelo sobre los que materializar esta infraestructura. Para avanzar en este proceso, corresponde a la Junta de Gobierno Local municipal validar la activación de un concurso mediante el que desarrollar este espacio.
A la espera de que se precisen todos los detalles de inversión y plazos, lo que se sabe es que este equipamiento "de altas prestaciones" dispondrá de pistas de tierra batida semicubiertas, pistas duras al aire libre, numerosas pistas de pádel, una pista central con graderío para acoger la celebración de eventos deportivos, piscina descubierta y un edificio multiusos que incorporaría instalaciones como zona fitness y zona crossfit, tienda deportiva, restaurante, spa y un museo dedicado a la figura y carrera de Rafael Nadal, entre otros", señalan.
El lunes ha sido otra jornada de anuncios. Uno de ellos tiene como protagonista el edificio Fiat Lux, la antigua fábrica de electricidad de finales del siglo XIX, que se convertirá en un centro cultural volcado en la formación de nuevos artistas.
Para alcanzar este objetivo, el alcalde firmó un protocolo de intenciones con el director general de Aisge y Fundación Aisge, Abel Martín, para la concesión demanial del inmueble, situado entre Carretería y avenida de La Rosaleda. La finalidad es crear un espacio cultural centrado en los sectores audiovisual y escénico y abierto a actividades de otras disciplinas artísticas.
Hay que recordar que Málaga expropió hace ahora casi dos años esta construcción a Endesa por unos 2,5 millones de euros. El objetivo era lograr lo que ahora se ha anunciado. El plan prevé una gran sala en planta baja para actuaciones con una capacidad de 350 personas, unido a los espacios de ensayo y camerinos, un pequeño auditorio bajo la grada para presentaciones y eventos, salas de exposiciones y servicios al público.
En la planta primera se proyectan salas de usos múltiples, junto a unos espacios más reducidos para montajes y doblajes. En el exterior de esta planta, sobre la plaza interior estará la galería de exposiciones en dos corredores perpendiculares. Y en el nivel tercero se desarrollará una gran biblioteca con sala de lectura y consulta de documentos y archivos, así como las oficinas propias del centro con aseos y vestuario para personal.
El lunes fue el día, también, para conocer cómo pretende el Consistorio transformar el paseo marítimo de El Palo. Una infraestructura con la que dar continuidad al modelo de regeneración ya anunciado para el paseo de Pedregalejo, si bien siguen sin materializarse varios años después de plantearse.
En el caso de El Palo, la inversión planteada ronda los 14,3 millones de euros. La finalidad de la obra es ganar espacio para los peatones y homogeneizar el pavimento. Para ello, se eliminarán las diferentes cotas provocadas por los bordillos que existen resultando una única plataforma en aquellos espacios donde no existe circulación de vehículos (plaza junto al arroyo Jaboneros, tramo homogéneo desde el arroyo Gálica hacia el Este, etc.), y se instalarán pérgolas de 4,25 metros de altura y 5 metros de ancho.
De la Torre no ha estado solo en esta apuesta por exponer públicamente todo lo conseguido o lo que está por conseguir. En la tarea ha dispuesto de la colaboración de la Junta de Andalucía.
Llegada del Metro
El principal hito en este escenario temporal ha sido la llegada del Metro al Centro de la ciudad, dando sentido a una infraestructura que durante años ha tenido patas arriba buena parte de la urbe. La puesta en marcha del tramo final del suburbano, ya sea por las exigencias de seguridad o por el deseo de rentabilizar políticamente el hito histórico, tuvo lugar el pasado 27 de marzo, días antes del arranque de la Semana Santa y de la convocatoria de elecciones.
A este gran acontecimiento hay que agregar otros de competencia claramente autonómica pero en el que De la Torre ha sido igualmente protagonista. Tras décadas de reclamación ciudadana, la Junta anunció este lunes la apertura al público de las mezquitas funerarias de la calle Aguas, junto a la calle Victoria. Una noticia de relevancia, sobre todo cuando estos restos habían permanecido desenterrados y listos para su exposición durante años, sin que tal avance se hubiese producido. Hasta ahora.
Y en la misma línea, el Gobierno andaluz, con su delegada en la provincia, Patricia Navarro, y el alcalde, oficializaban la adjudicación (adelantada por El ESPAÑOL de Málaga) de unos suelos en el barrio de Lagunillas, en pleno Centro de la capital, para que una empresa privada levanta un conjunto de 84 tecnocasas. Una operación con la que recuperar un viejo modelo impulsado por la Junta hace ahora casi 20 años y que nunca se llevó a buen término.