El Ayuntamiento de Málaga se ha encontrado con un problema inesperado con la ambiciosa obra de reforma del mercado de Bailén. Y es que, por lo que parece, la mayoría de las empresas que habían concurrido al concurso, dispuestas a afrontar la ejecución de los trabajos, han dado un paso atrás y de manera sucesiva están renunciando a desarrollar el proyecto por el precio inicialmente fijado.
El escollo es tal que son ya cuatro las firmas que han renunciado a aceptar la propuesta de adjudicación formulada por el Consistorio, que se encuentra actualmente a la espera de que la quinta compañía por orden de valoración, Construcciones T. Arjona, S. L. acepte y presente la documentación necesaria.
Así queda recogido en las diferentes actas publicadas en la Plataforma de Contratación del Estado que ha podido consultar EL ESPAÑOL de Málaga. La suya es la quinta propuesta mejor valorada, con apenas 26,23 puntos (de un total de 100), con un valor económico de 1.881.389,52 (sin IVA).
Antes que T. Arjona han pasado por el mismo proceso Estudios y Ejecuciones S. A., que recibió por parte de la mesa de contratación un total de 100 puntos; Grulop 21, S. L., con 81,76 puntos; EJOC2004, S. L., con 52,37 puntos, y Construcciones Majoin, S. L., con 50,18 puntos.
De acuerdo con el calendario oficial, pasan ya casi 9 meses desde que el área de Comercio activó la licitación para la contratación de estos trabajos. La renuncia de las empresas mejor valoradas parece tener como base el incremento de los costes de construcción y el desajuste que perciben las empresas entre el valor inicial de licitación y sus ofertas originales.
Una situación que no es extraña para el Ayuntamiento, que ya se ha topado anteriormente con numerosas renuncias de empresas para proyectos como el de la reurbanización de la calle Álamos o la construcción del carril bici entre la Avenida Cervantes y el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso. En ambos casos, las adjudicaciones finales se hicieron a ofertas que no se encontraban entre las mejor valoradas.
Una obra para cambiar el rumbo del mercado
El proyecto de intervención sobre el zoco del distrito Bailén-Miraflores busca reformar un mercado inaugurado en el año 1964. El zoco se encuentra "en una situación complicada", según reconocían los responsables del proyecto, que admitían el "decaimiento" que viene afectando en los últimos años a los mercados municipales por la situación económica actual y la mayor oferta de comercios y grandes y medianas superficies.
En el caso del edificio de Bailén, se detecta una disminución en su flujo comercial, aumentando el número de bajas de puestos ocupados. Por este motivo, se apuesta por plantear nuevas fórmulas que permitan revitalizar estos edificios.
Con este fin, se plantea reubicar los puestos que quedan en uso y que se encuentran dispersos a ubicaciones vacantes, concentrándolos para poder agrupar los puestos sin uso en zonas y darles usos alternativos.
La idea es crear una zona de restauración y/o de relación social entre el vecindario "enfocando el mercado como un punto de encuentro y de interacción social generando un flujo de usuarios que potencie a su vez la actividad comercial de los puestos".
A esto se suma la apuesta por "realzar" la presencia del zoco en el propio barrio dándole un "aspecto más moderno y destacándolo entre los edificios medianeros, de 9 plantas de altura". "De los 121 puestos que hay actualmente hay 35 sin actividad", se destaca.
Con la nueva distribución se configura un espacio diáfano tras la fachada principal con 280 metros cuadrados. Será este punto donde se ubicará el área de restauración, "abriendo la fachada principal con grandes ventanales hacia la calle para dar luz al interior y permitir las vistas".
En la zona se situarán dos quioscos para restauración que albergarán los dos bares de los que actualmente dispone el mercado. Para evitar la reverberación del sonido, se ha proyectado una pérgola con lamas de fonoabsorbentes fabricadas con material reciclado que atenuará y acondicionará acústicamente la nueva plaza interior.
El otro espacio diáfano se ubicará en una zona más cercana a las entradas por la calle Natalia y será de uso polivalente para diferentes actividades del mercado, incluso del barrio, "potenciando así la ampliación de los horarios de uso del propio mercado".
La idea es que sea "un espacio versátil, a modo de plaza, con mobiliario de madera, combinando jardineras con bancos, que puedan ser trasladados en el caso de utilizar el espacio para eventos diferentes al uso diario".