Más de cinco años después de que se activase el informe de impacto ambiental para la regeneración de la playa de los Baños del Carmen, el expediente ve la luz. El Ministerio de para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha formulado la declaración de impacto ambiental a la realización de este esperado proyecto y que incluyen las medidas preventivas que han de materializarse.
En el expediente, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), se destaca cómo desde la década de los 80 se viene produciendo una pérdida paulatina de playa en el paraje de los Baños del Carmen, en especial en el área de poniente, que está aislada de los aportes sedimentarios de los arroyos próximos por la construcción del paseo marítimo y por la interrupción del transporte litoral de sedimento a raíz de la construcción de los espigones de la playa de Pedregalejo y El Palo.
Incluso se recuerda cómo en 1990 un fuerte temporal marítimo derribó las casetas de vestuarios del balneario, lo que obligó a proteger con escollera el muro de sostenimiento de la calle. Tras numerosas propuestas de intervención, en 2015 se puso sobre la mesa una actuación que ha sido, posteriormente, modificada en 2017 y 2018, y que, todo hace indicar, será la definitiva.
La operación contempla una serie de actuaciones a realizar en el tramo comprendido entre la punta de El Morlaco y la explanada donde se sitúa el Balneario de los Baños del Carmen:
- Construcción de un espigón de 193 metros de longitud al poniente de la playa de actuación con un tramo inicial emergido y otro final sumergido, y dirección norte a sur. El procedimiento de construcción será totalmente terrestre, de tal manera que en ambos tramos se habilitará un camino de acceso rodado para maquinaria a partir de la cota de coronación del espigón. El tramo sumergido presentará un primer nivel coronado a la cota -2,00 metros, y un segundo a la cota -4,00 metros. Será además una plataforma horizontal idónea para la colonización de especies.
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Recarga de arena en la playa a poniente de los Baños del Carmen, con un volumen de aportación de 73.837,50 metros cúbicos de arena, sin afectar o tocar la denominada zona de roquedal que rodea la explanada donde se ubica el edificio, siendo la arena de procedencia terrestre, preferentemente de graveras de ríos o de otras zonas con excedentes, previamente autorizadas por la Administración competente. Tras esta acción de regeneración se dispondrá con un ancho medio de 37 metros, 27 metros más que la anchura de playa actual.
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Demoliciones, excavaciones y rellenos. Se prevé la demolición de algún tramo de pavimento y bordillo en el acceso a poniente desde la punta de El Morlaco. Se realizarán medidas de reposición y reperfilado de los huecos existentes y bloques caídos en la escollera existente delante del actual muro de ribera del tramo peatonal entre la punta del Morlaco y el entorno de los Baños del Carmen, para garantizar su estabilidad, pudiéndose reutilizar parte de la escollera sobrante en la ejecución del tramo sumergido de la obra marítima.
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Construcción de un nuevo acceso a la playa por el extremo occidental, desde la plataforma existente en la punta del Morlaco mediante una escalera en acabado rústico con los mismos materiales de rocalla, todo uno y escollera con los que se ejecuta la obra, para una mayor integración paisajística. Por otro lado, se habilitará y mejorará el actual acceso principal, situado a levante, para adaptarlo a personas con movilidad reducida.
En el análisis de los diferentes organismos implicados se apunta que la presencia de vegetación "no es relevante", siendo la avifauna la principal fauna de interés, “con presencia esporádica y asociada a las zonas húmedas para la búsqueda de alimento”. No obstante, se destaca la presencia de una planta en peligro de extinción, la Limonium malacitanum, localizada a unos 145 metros del punto más próximo de actuación de las obras. "La parcela donde crece se encuentra vallada como una medida de protección realizada por la Junta de Andalucía", se indica, por lo que no se prevén impactos sobre la vegetación.
Se indica que una vez finalizada la obra, la presencia del espigón proporcionará una estabilidad a la playa seca. "Esto va a evitar la pérdida de superficie que se produce anualmente debido a los temporales de invierno, por lo que influirá en una mayor estabilidad para las comunidades terrestres (vegetación y fauna)", se enfatiza.
El expediente sí describe la existencia de una serie de especies protegidas, algunas de ellas en peligro de extinción, como la Patella ferruginea, Cymbula nigra, Cystoseira tamariscifolia y Lithophaga litophaga. De la primera se han localizado 6 ejemplares "a lo largo de todo el mediolitoral rocoso de la zona de estudio" y que, a juicio del promotor, quedan fuera del ámbito de acción.
A juicio de los técnicos, con el nuevo proyecto se conseguirá reponer una superficie mayor que la superficie que se perderá, ya que el espigón que se construirá a poniente aportará una superficie de 600 metros cuadrados de piedra natural a la misma profundidad y condiciones físicas que las existentes en la zona, y válidas para constituir el hábitat natural de estas las especies protegidas.
Ante la previsión de la que la playa regenerada sea más usada por las personas, se plantea un programa de vigilancia específico para la Patella ferruginea, de manera que se garantice "que no se produce marisqueo ni ningún tipo de recolección ocasional, ni desde tierra ni desde el mar, así como comprobar un posible aumento del número de individuos por la ampliación de su hábitat".
La declaración recoge algunas exigencias que habrán de ser tenidas en cuenta por parte del promotor. Una de ellas es la instalación de "barreras antiturbidez", que deberán funcionar en todo el proceso, "en especial las dispuestas alrededor de
ejemplares de las especies protegidas".
También se reclama el diseño de un plan de seguimiento específico para las especies
protegidas y el Hábitat de Interés Comunitario 1170, que se corresponde con la zona del roquedal. "Se prestará especial atención a la efectividad de las medidas
establecidas para la protección de la Patella ferruginea, y también al proceso de
colonización del nuevo espigón por las comunidades bentónicas en la zona,
comprobando si se genera un posible aumento del número de individuos de las especies protegidas por la ampliación de su hábitat", se incide.