Alarma, abstención: ¿por qué casi uno de cada dos malagueños no va a votar?
Las elecciones municipales son, frente a las autonómicas y estatales, las que mayor porcentaje de abstencionistas tienen.
27 mayo, 2023 05:00Noticias relacionadas
En las últimas elecciones municipales, en 2019, el 44,54% de los malagueños se quedó en casa. En las anteriores convocatorias, el porcentaje fue similar —45,66% en 2015, 44,41 en 2011 y 49,83 en 2007—.
Este próximo domingo, Javi, de 18 años, y Alba, de 25, no votarán. Tampoco lo harán Marta, de 32, ni Juan, de 67. Sus motivos van desde el “no servirá de nada” hasta el “es mi forma de protestar”.
Según la teoría, la abstención en las elecciones municipales se explica, sobre todo, por el hecho de que son “de segundo orden”. “Los ciudadanos distinguen entre diferentes tipos de elecciones en función de lo ‘que hay en juego’. En base a esto, dan más importancia a los comicios de primer orden, es decir, a las elecciones generales, y eso provoca mayor movilización y un voto más estratégico que ideológico. Por el contrario, en elecciones de segundo orden, como las municipales, las autonómicas o las europeas, la movilización suele ser menor y el voto es más dependiente del contexto y ciclo electoral nacional”, explica Belén Fernández-García, investigadora postdoctoral en la UMA.
En las pasadas elecciones autonómicas de 2022, la abstención en la capital fue del 42,59%, en la línea de los comicios municipales y de las anteriores convocatorias regionales —en 2018 fue del 43,08%, en 2015 del 38,75 y 2008 del 29,76—.
Sin embargo, cuando los malagueños son llamados a las urnas para elegir la próxima composición del Congreso de los Diputados, los que se quedan en casa suelen ser menos: en noviembre de 2019 fueron el 32,64 y en abril de ese mismo año, el 27,37; en 2016, el 32,49; en 2015, el 30,15, y el 2011, 34,89.
Sirva 2015 como referencia. Ese año, los malagueños tuvieron tres citas electorales: en marzo para elegir al Gobierno de la Junta de Andalucía, en mayo para renovar el Pleno del Ayuntamiento y en diciembre para hacer lo propio a nivel estatal. La abstención varió entre la convocatoria nacional y la local más de 15 puntos, de un 30,15% a un 45,66.
Para Javi, este próximo domingo es su primera oportunidad y no sabe qué hará cuando, previsiblemente, tenga otra opción para ir a votar a finales de este año. Intuye que también se quedará en casa porque cree que los comicios son un “circo” y que los políticos “no van a cambiar nada”, sean de un signo político u otro.
Juan, a sus 67, reconoce que cuando era joven sí solía acudir a las urnas, pero el tiempo le ha arrastrado hacia el desencanto por la política y, sobre todo, por los políticos, y desde hace algunas décadas siempre opta por quedarse en casa.
Alba es una abstencionista activa y no acudir a las urnas es su manera de mostrar su descontento. No cree en el sistema tal y como está concebido porque “está muy lejos de la realidad, de los problemas de los ciudadanos”.
Marta, por el contrario, asegura que decide ir a votar en cada convocatoria electoral. En estas municipales ha optado por quedarse en casa porque “en Málaga es imposible echar a Paco de la Torre”. “No he conocido a otro alcalde desde que tengo consciencia. Ha sabido ganarse a la gente, mostrarse cercano, pero eso no tiene nada que ver con su gestión. La gente lo vota pensando que saluda por la calle en vez de en las torres que quiere levantar en los terrenos de Repsol”, explica.
Para Fernández-García, otro factor importante que puede explicar el abstencionismo en Málaga es, de hecho, el grado de competitividad. “Si los ciudadanos perciben que la diferencia entre el primer y el segundo partido son muy pequeñas, la probabilidad de salir a votar aumenta porque el poder que se ejerce con el voto es mayor. En cambio, si se percibe que el voto no va a cambiar nada porque las diferencias son muy grandes, estas se reducen. Ocurre, por ejemplo, cuando un partido consigue varias mayorías absolutas de o cuando los sondeos apuntan a que habrá continuidad”, resume.
Las escasas encuestas que han testado el ambiente electoral en Málaga avanzan que, previsiblemente, De la Torre revalidará por sexta vez su mandato al frente de la Casona del Parque, incluso con mayoría absoluta. Pese a ello, el regidor no ha cesado de llamar a la movilización en los últimos días para consolidar lo que denomina una “mayoría amplia”. Su objetivo es vencer con el suficiente margen que le permita gobernar sin las amarras de otras siglas, con en la última legislatura ha pasado con Ciudadanos y, tras este 28M, puede ocurrir con Vox en el caso de que necesite sumar con otra formación.
La candidata de Ciudadanos a la Alcaldía, Noelia Losada, ha llamado a los malagueños incluso a votar a otras formaciones para combatir la abstención. “Pido el voto para Toni, Dani o Paco porque es mejor para el futuro de Málaga que voten a cualquiera los candidatos, incluso mis contrincantes, a que los votantes se queden en casa", dijo este pasado martes.
Desde la izquierda ven en la movilización de los abstencionistas la llave para conseguir derrotar a De la Torre. Para Dani Pérez, el mejor ejemplo es que en las últimas elecciones de 2019, se quedaron “a un concejal” de lograrlo.
“Si este domingo acude a votar la Málaga trabajadora, la juventud, ese 45% de personas que se abstuvo de votar en las últimas elecciones y de las jóvenes que votan por primera vez, estaremos en disposición de que se produzca una cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Málaga", ha reiterado en multitud de ocasiones Toni Morillas, candidata de la confluencia Con Málaga.
Para Ángel Valencia, catedrático de Ciencias Políticas, la desunión de la izquierda es también un factor a tener en cuenta a la hora de encontrar las razones que expliquen por qué casi uno de cada dos malagueños se queda en casa. “Si no hay una candidatura clara, la izquierda entra en una posición crítica, algo que no ocurre en otro tipo de partido donde hay más seguidismo”, asegura.
En su opinión, este 28 de mayo está en juego en la capital la continuidad del proyecto del PP frente a un cambio de la izquierda. “El modelo de ciudad vigente, con la Expo 2027, una proyección urbanística en altura, una apuesta por el turismo y la tecnología, contra el rechazo a algunos de estos proyectos y problemas como la vivienda al frente”, sintetiza. “En Málaga hay dos visiones de modelo de ciudad y esto es lo que está en juego, dos Málagas reales con profundas diferencias”.