Por primera vez en los años que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, recién elegido por mayoría absoluta, participa del universo de las redes sociales contesta de manera contundente a tuitero. Y lo hace para defender su honor y el de su mujer, Rosa Francia, de un comentario que deja entrever un uso inadecuado de un espacio municipal.
De la Torre, en primera persona, contesta al mensaje lanzado el pasado domingo 28 de mayo, a las 12.37h, por Curro Troya. Y lo hace al siguiente tuit: "El Hospital Noble era además la sede de @EMASAMalaga en cuyo recinto dejaba el coche aparcado la señora del alcalde (Rosa Francia), como si aquello fuese su cortijo particular #usosyabusos".
"Nunca había respondido a Troya pese a que, desde mi punto de vista, varias de sus publicaciones han atentado contra mi honor", escribe el regidor en su cuenta de Facebook, recordando que algunas de esas menciones han estado referidas a su madre, fallecida en 2009, "con desprecio". "No le pediré que rectifique, aunque considero que ciertas salidas de tono sobrepasan los límites de la libertad de expresión", aclara.
Sin embargo, el veterano mandatario sí considera necesario realizar ciertas aclaraciones. Precisa la existencia en casa de un coche que comparte con su esposa, quien hace un uso más habitual del automóvil dado que él, como alcalde, emplea el vehículo oficial para sus desplazamientos por trabajo e institucionales.
"Afirma Troya que aparcábamos nuestro coche en el Hospital Noble, en el recinto de Emasa. Y, en efecto, durante un tiempo fue así", asegura. Una actuación que justifica en las recomendaciones que durante años recibió de las policías Nacional y Local, dada la amenaza siempre presente de los “asesinos de ETA”, quienes actuaron en Málaga "despiadadamente".
Muestra de ello fue el intento de atentar contra la exalcaldesa Celia Villalobos y el asesinado del concejal del PP José María Martín Carpena apenas dos meses después de la llegada de De la Torre a la Alcaldía. Fue antes, a partir del asesinato en Sevilla de Alberto Jiménez Becerril y su mujer, Ascensión García Ortiz, en 1998, "cuando se reforzaron las medidas de seguridad y autoprotección de los concejales".
Miedo "comprensible" de los vecinos
La presencia etarra "convirtió en un problema el estacionamiento del vehículo". Una situación que fue a más dado el miedo "comprensible" expresado por algunos vecinos a que "nuestro coche se quedara en el entorno de sus casas: temían que nos pusieran una bomba como la que colocaron a José Asenjo. Así de aterrorizados estábamos en aquel momento".
Ese es el motivo por el que los cuerpos policiales le pidieron que el vehículo fuese estacionado en el Hospital Noble, un recinto cerrado y vigilado. "Y así lo hicimos hasta que la amenaza terrorista declinó. De forma absolutamente justificada, no por comodidad ni capricho", aclara.
"La toxicidad, especialmente elevada en Twitter, está llegando demasiado lejos. Tan lejos como para poner en riesgo la convivencia democrática"
De la Torre ruega al autor del tuit, así como a cualquiera que "se lance a publicar invectivas en redes sociales, que antes de pulsar el botón de publicar medite sobre las consecuencias que tienen para los aludidos determinadas afirmaciones hirientes… y falsas".
"Contribuyamos todos, cada cual desde su ámbito, a una conversación pública cívica. Expresémonos con máxima libertad, por supuesto. Pero sin denigrar a nadie por el hecho de que no nos guste. Seamos responsables y respetuosos", concluye.
En su escrito, De la Torre considera que las redes sociales son un "soporte formidable y necesario" y asegura que su intención es la de seguir usándolas como una herramienta de comunicación con los vecinos.
"Les doy las gracias, sinceramente, a quienes se dirigen a mí con respeto haciéndome saber sus discrepancias o quejas. Escucho a todo el mundo sin importarme lo que piense o vote. Como alcalde, sirvo a todos los malagueños, tenga o no su apoyo. Pero no todo vale", valora.
Sin embargo, denuncia que la "toxicidad, especialmente elevada en Twitter", está llegando "demasiado lejos". "Tan lejos como para poner en riesgo la convivencia democrática", afirma, indicando que algunos "activistas, amparados en el anonimato, usan las redes sociales para imponer su ruido y desinformar". "Debemos rechazar estas malas prácticas vengan de donde vengan, de uno u otro extremo", pide.