El proyecto de construcción del NeoAlbéniz queda formalmente activado. Tras una larga espera, en la que han visto la luz el estudio de detalle de ordenación de la parcela, la demolición de algunas edificaciones y las excavaciones arqueológicas del solar, el Ayuntamiento de Málaga pone en marcha el procedimiento para contratar los trabajos de ejecución de este nuevo equipamiento cultural en el Centro Histórico.
El futuro edificio, que se acomete a modo de ampliación del Cine Albéniz, va a disponer de cuatro plantas, con una superficie construida de 1.554 metros cuadrados. Los valores económicos que se asocia inicialmente a la obra rozan los 3,5 millones de euros, siendo el plazo de desarrollo de 14 meses. Las empresas interesadas en participar en este concurso tienen hasta el 2 de agosto para presentar sus ofertas.
El uso propuesto para el equipamiento es una "elongación" del propio Albéniz y la creación de dos salas de imagen con capacidad para más de 200 personas. Al tiempo, se plantea también una zona de promoción empresarial, "estratégico en la sostenibilidad del proyecto", así como la sede de la Málaga Film Office como oficina prescriptora del sector audiovisual malagueño ante las empresas productoras.
La intervención programa incluye la reurbanización del entorno para dar acceso y continuidad a los recorridos. Y ello incluye la puesta en valor de las trazas de la Muralla y la Barbacana, haciendo visibles los restos encontrados a través de un suelo técnico de vidrio. Ello hará posible contemplarlos en el patio de ingreso del edificio, así como en el vestíbulo y parte de la sala de cine.
Es uno de los grandes atractivos del proyecto. Las soluciones planteadas obligan al recálculo de la cimentación y de la estructura del edificio, eliminando y desplazando pilotes para no afectar a las Torres de la Muralla encontradas. También se reduce el ámbito de la losa de cimentación para poder dejar visible los restos arqueológicos a través del vidrio. Esto hace que el futuro edificio vaya a contar con una estructura compleja volada en toda la medianera para poder poner en valor y respetar el patrimonio cultural.
En el exterior del edificio se sigue circundando el espacio donde se encuentra la Muralla ampliándolo hasta la parte emergente que se ha restaurado, acotando el ámbito mediante una barandilla para que sea visible al aire libre. Con ello, se propone una conexión visual entre el exterior e interior del edificio mediante una celosía a nivel de planta baja, poniéndose en valor los hallazgos arqueológicos.
El solar está marcado por el trazado de la cerca medieval. Concretamente se habla del tramo que partía desde la antigua Puerta de Granada para conectar con la Alcazaba, cerrando de esta forma el recinto fortificado de la medina por su lado norte.
"Desde el punto de vista arqueológico, el edificio se inserta entre dos tramos de muralla descubiertos y documentados recientemente", se subraya, precisándose que uno de ellos es el que parte de una de las torres de la Alcazaba. Asimismo, se destaca que los restos de la muralla y la barbacana documentados en calle Alcazabilla, cuyos trazados se han significado mediante una diferenciación cromática en el firme de la propia calle.
El diseño arquitectónico finalmente elegido busca la rehabilitación paisajística y urbana de la ladera de la Alcazaba, creando una fachada a lo que hoy son traseras, "dignificando el espacio y recuperándolo para el uso ciudadano".
"El objetivo principal es el de mejorar la imagen del principal patrimonio monumental de la ciudad de Málaga (Teatro Romano-Alcazaba), recomponiendo la imagen urbana a la salida del túnel de la Alcazaba, actualmente ocupada por dos naves y una medianera, impropias del lugar", exponen los responsables de la propuesta.
Para ello, se opta por un volumen de carácter tectónico, con predominio del macizo sobre el hueco, enfatizando mediante dos planos inclinados que se proyectan, con la diagonal marcada en la fachada norte, hacia la Alcazaba.
El espacio exterior limítrofe entre la falda de la Alcazaba y el volumen propuesto se recupera como parque urbano ligado a los restos arqueológicos, incorporándolos al proyecto, y al propio uso del edificio, convirtiéndose la fachada del edificio en espacio para la proyección, de ahí que se conciba como un paño ciego que se vuelca hacia el atrio de entrada.