Dentro de unos días, se cumplirá un año. En la madrugada del 30 de septiembre de 2022, un hombre circulaba después de haber consumido algo de alcohol por la avenida Pintor Sorolla de Málaga capital. Perdió el control de su Peugeot y fue a parar contra una señal, que acabó partida por la base y con la rueda del vehículo dañada.
Con la agilidad que se le pueda otorgar, el susodicho se lanzó a cambiarla, sin imaginar se presupone que en ese momento pasaría por allí una patrulla de la Policía Local que advirtió su presencia. Al ver el estado en el que el hombre se encontraba, le hizo el indicado control de alcoholemia, que dio constancia de que contaba con 0,74 miligramos de alcohol por litro de aire respirado.
El delito contra la seguridad vial estaba descontado, pero lo que quizá no se imaginó este hombre es que también debía asumir con los costes de la señal que había guillotinado a su paso.
Según recoge la sentencia del Juzgado de Instrucción nº10 de la capital, el acusado fue condenado a una multa de cuatro meses, a razón de ocho euros al día, y a la privación del derecho de conducir vehículos de moto y ciclomotores durante ocho meses, así como al pago de las costas del procedimiento.
El concepto de responsabilidad civil, el hombre fue condenado a indemnizar al Ayuntamiento de Málaga con 37,96 euros, tal y como dicta la sentencia dictada en octubre de 2022 a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga.
La aventura de circular borracho y acabar contra una señal en Málaga no sale gratis, aunque bien podría haber acabado mucho peor.