A la Junta de Andalucía se le empieza a echar el tiempo encima en su ambiciosa apuesta por construir el tramo soterrado de 1,8 kilómetros con el que prolongar el Metro de Málaga hasta el entorno del Hospital Civil y del futuro tercer hospital de la capital de la Costa del Sol.
En particular, si pretende cumplir con el compromiso asumido ante la ciudadanía, con las empresas responsables de la explotación comercial del suburbano y con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) de que la puesta en servicio de esta extensión tenga lugar a finales de 2027.
Una marca en el calendario que queda a poco más de cuatro años vista. A priori, tiempo más que suficiente para acometer una infraestructura tasada en unos 160 millones de euros. Sin embargo, en la ejecución del suburbano malagueño nada es seguro, como demuestran los numerosos antecedentes de retrasos y demoras, asumibles en el desarrollo de una obra subterránea y que pasa por una zona urbana consolidada.
Los fantasmas están a la orden del día en la corta historia del ferrocarril urbano. El mejor exponente es que se trata de un proyecto que, en sus orígenes, fue diseñado con la idea de que los pasajeros alcanzasen la estación término junto a la plaza de toros de La Malagueta (punto desaparecido del mapa actual) en febrero de 2009. La fotografía presente dista completamente de aquello que se imaginó décadas atrás.
Pero a estos elementos indispensables a la hora de analizar el futuro del Metro hay que sumar lo que objetivamente está remarcado en los planos y proyectos ya conocidos. El tramo Guadalmedina-Hospital Civil ha sido desgajado por la Agencia de Obra Pública en tres piezas.
De todas ellas, sólo la primera, que discurre por la calle Hilera, se encuentra en proceso de contratación. Desde que salió al mercado este suculento contrato, cifrado en 46,8 millones de euros (sin IVA), a principios del pasado mes de marzo, pasan ya casi siete meses, sin que por el momento haya una decisión firme respecto a la constructora que va a asumir el encargo.
Todo apunta a que será la alianza empresarial integrada por la malagueña Sando y por Kerkros Innovaciones, valorada como la mejor desde el punto de vista técnico y entre las mejor consideradas en el plano económico.
En el supuesto de que el fallo vea la luz en los próximos días o semanas y que la formalización del contrato sea inmediata, habrá que contar 36 meses (según el plazo marcado en la licitación) para que las fases de materialización de la infraestructura y la superestructura de vía estén finalizadas. Eso siempre que no haya retrasos.
Y eso nos llevará, como pronto, al último trimestre de 2026. El detalle no menor es que el mismo proceso que ahora se sigue con este primer subtramo del Metro al Civil hay que repetirlo con los otros dos. Por más que se pueda pensar en que se agilicen los tiempos, parece evidente que la etapa de terminación de la obra física del ramal se prolongará durante los primeros meses de 2027.
Todo lo que hay que hacer más allá de la obra
Pero más allá de los trabajos propios del túnel, de la ejecución de las tres estaciones soterradas programadas y de las vías por las que circularán los trenes, hay que tomar en consideración que la Consejería de Fomento ha de articular varios contratos más para, por ejemplo, todo lo relacionado con la arquitectura e instalaciones, así como con la señalización ferroviaria, procesos que requerirán un tiempo prolongado de desarrollo para la totalidad del trazado.
Y no hay que olvidar la necesidad de, como ha ocurrido con el tajo del suburbano al Centro, de 1 kilómetro de longitud, realizar todas y cada una de las pruebas necesarias para garantizar la viabilidad de la infraestructura y sus numerosos componentes, así como del material móvil. En el caso del tramo al Centro, inaugurado a finales del pasado mes de abril, en la antesala de la Semana Santa, este proceso necesitó de al menos 8 meses.
La referencia a 2027 no es casual, como demuestra su inclusión en la última modificación del contrato de concesión del Metro, suscrito a finales de 2020. En ese documento, en el que se plasmaron los acuerdos para garantizar la viabilidad del proyecto tras la sustitución del trazado en superficie al Civil por su construcción bajo tierra, la Junta de Andalucía asumió el compromiso de que la prolongación hacia la zona norte estuviese finalizada en diciembre de 2027.