Vista aérea de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, en Málaga.

Vista aérea de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, en Málaga.

Málaga ciudad

La vieja cárcel de Málaga, símbolo de la represión franquista, cumple 90 años en el olvido

La prisión, por la que pasaron más de 30.000 personas, fue inaugurada el 13 de octubre de 1933. El Ayuntamiento sigue sin despejar su futuro uso.

13 octubre, 2023 05:00

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Tal día como hoy del año 1933, abría sus puertas oficialmente la bautizada como cárcel de Cruz de Humilladero. 90 años pasan ya de la inauguración de un edificio que forma parte de la historia de Málaga y que permanece en un estado de dejadez, a la espera de que se cumplan las numerosas promesas hechas para lograr su recuperación. 

Sobre la antigua prisión, reconocida en 2014 como Lugar de Memoria Histórica de Andalucía, por ser uno de los centros de la represión de la dictadura durante la Guerra Civil y la posguerra, se cierne una espesa capa de incertidumbre y dudas sobre su futuro.

Por más que el potencial del inmueble, estratégicamente localizado en uno de los distritos más poblados de la capital de la Costa del Sol, es enorme, los buenos deseos expresados se topan con la contundente realidad: la incapacidad económica de afrontar su rehabilitación y la ausencia de uno o varios socios privados dispuestos a colaborar en la intervención. 

Durante meses han sido varios los actores privados que han visitado las instalaciones en el deseo de estudiar su posible asentamiento en el mismo, según confirman fuentes consultadas. Sin embargo, hasta la fecha ninguna de ellas ha dado el paso que permita atisbar una salida.

Ese es el presente de la vieja cárcel, que vino a sustituir a las instalaciones penitenciarias ubicadas en el Pasillo de la Cárcel (hoy avenida de la Rosaleda), dadas sus malas condiciones. Fue en a finales de agosto de 1928 cuando el alcalde del momento, Fernando Guerrero Strachan, y el presidente de la Audiencia Provincial, Enrique de la Blanca y González, acordaron la cesión de una parcela municipal al Estado. 

Apenas unos días después fue colocada la primera piedra de la construcción, que fue inaugurada el 13 de octubre de 1933. Con la Guerra Civil en marcha, el presidio acogió a miles de presos cercanos al alzamiento, hasta que en febrero de 1937 Málaga cae en manos del Bando Nacional. Según datos de la Asociación contra el Olvido y la Memoria Histórica, más de 30.000 personas pasaron por este presidio.

Tal y como se recoge en la ficha informativa de la declaración como Lugar de la Memoria Histórica en Andalucía de este inmueble, en aquellos años el 80% de los presos eran hombres y mujeres bastante jóvenes, de entre 21 y 40 años.

En este documento se destaca que la prisión "fue conocida también por el importante foco de resistencia gestado en su interior". "Muchos militantes de partidos tenían la capacidad de sacar propaganda a través de sus familiares. También eran capaces de introducir claves en la prensa oficial para comunicar ciertas consignas y códigos a las organizaciones del exterior", se destaca. 

Hacinamiento

Con el paso de los años, las condiciones de hacinamiento en el que se encontraban los presos, las malas condiciones de conservación del inmueble y la construcción en 1992 de la cárcel de Alhaurín de la Torre hicieron que la prisión de Cruz de Humilladero se convirtiese en una cárcel de régimen abierto. Su cierre definitivo se produjo en el verano de 2009, cuando se dio por concluido el traslado de los funcionarios al recién abierto Centro de Inserción Social (CIS), situado en el polígono Guadalhorce. 

Ese movimiento fue clave para que se activase el proceso de transmisión de la propiedad de la antigua cárcel de manos del Gobierno central al Ayuntamiento de la ciudad. Un cambio de propiedad motivado en el deseo del Consistorio de darle un nuevo uso ciudadano y público a un edificio que cuenta con unos 14.000 metros cuadrados edificados.

Tras varios años de negociaciones entre las dos administraciones, el pase se produjo en la segunda mitad de 2012, tras la firma de un convenio con la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP), por el que esta entidad cedía la antigua prisión provincial mientras que el Ayuntamiento le entregaba la titularidad de la finca del polígono Guadalhorce donde está el CIS.

Por aquel entonces, el aún alcalde, Francisco de la Torre, ponía en valor el proyecto a desarrollar en el inmueble, apuntando incluso el interés de algunas universidades privadas por asentarse en el mismo. "Nos interesa resolver temas que tiene la ciudad y hacerlo de una manera sostenible", dijo el regidor. Once años después el histórico edificio permanece cerrado a cal y canto, sin posibilidad de ser aprovechado por los vecinos del entorno. Y sólo está abierto para convertirse en un plató de rodajes de series de televisión o películas.

Lejos queda el ambicioso proyecto municipal de reconvertir el penal. Bajo el nombre de Distrito 6, el planteamiento era hacer de la prisión un centro de creación cultural multidisciplinar, invirtiendo en el mismo del orden de 24 millones de euros. 

Para ir adelante con la operación, el diseño se puso en manos de Carlos Baztán, quien fuera uno de los promotores del centro cultural Matadero, en Madrid. Una parte iba a estar destinada a artes escénicas, audiovisuales, literatura, música… Un uso en el que resulta clave la participación del Festival de Cine de Málaga y el área de Cultura. 

Y para rebajar la carga de la actuación, la idea era la de ejecutar la intervención por fases. La primera de las etapas estaba valorada en 12 millones y, según el calendario planteado, tendría que haber estado finalizada en 2022. 

Esta es la fotografía actual de la vieja cárcel de Cruz de Humilladero, una referencia histórica de Málaga, del barrio y de Andalucía. Un icono protegido por la Ley de Memoria Histórica, pero que 90 años después de su apertura se mantiene olvidada y con un futuro incierto.