Si el Auditorio de la Música emerge como la gran novedad de las cuentas diseñadas por la Junta de Andalucía para la provincia de Málaga en 2024, el Metro de la capital de la Costa del Sol se mantiene como la apuesta segura y consolidada. Muestra de ello son los 20,98 millones reservados para avanzar en la construcción del ramal hacia el Hospital Civil y los 92,4 millones que se destinan a costear la explotación comercial del suburbano.
Son datos que ilustran la magnitud presente de la mayor infraestructura acometida en las últimas décadas en la ciudad. Pero lejos de ejercicios anteriores, en los que la Consejería de Fomento mantenía el rumbo, el proyecto de presupuestos autonómicos recoge una innovación que permite atisbar el futuro del suburbano: la activación de estudios de demanda de las prolongaciones del ferrocarril urbano malagueño.
Trabajos que quedan englobados dentro del millón de euros que está destinado a realizar estudios sobre la movilidad en la capital y el litoral de la provincia. Los resultados de los mismos deben permitir empezar a sentar las bases del ya aprobado Plan Metropolitano de Transporte del Área de Málaga, que se marca el ambicioso reto de que en el horizonte del año 2030 haya 52.000 coches menos en las carreteras.
Para alcanzar este objetivo, el Metro se convierte en elemento esencial. Hasta el punto de que los técnicos encargados de la redacción de la planificación incorporan la opción de estudiar todos los medios posibles para crear un medio de transporte público de gran capacidad que dé respuesta a las necesidades de El Palo (y como prolongación, Rincón de la Victoria); Ciudad Jardín, en la zona norte de la urbe, y el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA).
Los resultados de los estudios de demanda apuntados serán claves para determinar si el Metro, ya sea soterrado o en superficie, es la herramienta adecuada para atender a esos núcleos o bien se consideran más adecuados un Bus Rapid Transit (una especie de tranvía sobre ruedas) o lanzaderas de autobuses.
Si bien hay territorios aún inexplorados por la Junta, hay otros como la tecnópolis malagueña que sí han sido objeto de estudios de demanda en los últimos años. De hecho, fueron estos análisis los que hicieron a la Administración regional aparcar la posible llegada del ferrocarril urbano, concluyendo que se trata de un destino irregular, con grandes flujos de pasajeros en hora punta, incapaces de ser atendidas por el Metro, que caen drásticamente el resto de la jornada, así como los fines de semana.
Conforme a estos estudios, el medio más adecuado para el PTA es el tren de Cercanías, cuya plasmación sobre el territorio es competencia del Gobierno central. Una posibilidad que también queda dibujada en el plan metropolitano.
Fin a la "última cicatriz" del Metro
Con el arranque de 2024 se pondrá en marcha la maquinaria para la construcción del primero de los tramos de la prolongación hacia el Civil, recientemente adjudicado a Sando y Kerkros. Y lo hará tanto con el inicio de las obras, como con la implantación de los desvíos alternativos de tráfico. Posteriormente, y en años subsecuentes, se continuará con los proyectos de instalaciones y seguridad ferroviaria.
Fomento contempla también el año que viene acometer el cierre de la rampa de Callejones del Perchel (restitución viario afectado obras Metro de Málaga), "última cicatriz urbana que aún queda abierta en la ciudad de Málaga". Esta rampa sigue presente pese a que hace tiempo quedó completada la construcción del túnel por el que pasan los trenes que se dirigen hacia las estaciones Guadalmedina y Atarazanas.
Otra de las labores contempladas en el suburbano tiene que ver con el espacio en el que serán expuestos los restos arqueológicos rescatados en la Avenida de Andalucía durante la construcción del trazado ferroviario. Tras encargar la redacción del proyecto de musealización de estas piezas, entre las que se incluyen segmentos de muralla del antiguo arrabal musulmán de Attabanim, la pretensión es la de poner en marchar la ejecución de los trabajos de un espacio exclusivo que estará situado dentro de la estación Guadalmedina.
El listado de restos es amplio, incluyendo, por ejemplo, un horno musulmán del siglo XI; una vivienda unifamiliar nazarí y una calle completa de época nazarí de los siglos XI y XII; una calle completa de época cristiana moderna de los siglos XVI-XVII, y los elementos de la curtiduría para tratar el cuero de los siglos XVIII-XIX con tinajas y piletas.