De nuevo los operarios de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) de Málaga se localizan en la desembocadura del río Guadalmedina para iniciar la limpieza del fondo, sobre el que se cree puede haber acumulados unos 800 metros cúbicos de fandos y lodos.
Esta es la cantidad de material y residuos que, según las estimaciones de la empresa municipal, se han acumulado desde principios de mes hasta ahora en la parte baja del cauce. La presencia de este material suele generar problemas de olor en el entorno.
Las tareas, que han arrancado este lunes y que se prolongarán hasta el viernes, abarcan unos 50 metros de longitud desde el inicio de la lámina de agua a la altura del Centro de Arte Contemporáneo hacia la desembocadura.
Emasa realiza mensualmente mediciones del nivel de lodos en este punto del río, que es donde suelen acumularse fundamentalmente por las mareas, de forma que cuando se superan los 500 metros cúbicos se procede a su retirada.
Aunque en la medición del pasado 16 de octubre el volumen estaba por debajo, en la llevada a cabo a comienzos de este mes se comprobó un aumento considerable que hacía recomendable una nueva intervención en la zona.
Los lodos que sean extraídos serán llevados a la estación depuradora de aguas residuales del Guadalhorce para su posterior tratamiento. Además, se recogerán materiales y residuos urbanos arrojados al cauce, que serán depositados en un contenedor y trasladados al Centro Ambiental de Los Ruices.
Desde Emasa se apunta a que las razones de este incremento tan destacable pueden estar en las lluvias registradas entre el 18 y el 19 de octubre, así como en el estado del mar de estas últimas semanas que ha podido propiciar que el oleaje, las mareas y las corrientes hayan provocado arrastres de lodos del fondo marino dando lugar a esta acumulación.
La limpieza ha sido planificada para esta semana atendiendo a dos aspectos. Por un lado, la disponibilidad de la maquinaria específica (bombas de aspiración de gran caudal) y de otros medios necesarios como una retroexcavadora que moverá los sólidos a la bomba y el personal, formado en principio por seis empleados. Y por otro, el propio estado de las mareas.
En base a estos condicionantes, se ha comprobado que esta semana es la que resulta más propicia al coincidir un ciclo de amplitud de mareas bajas, lo que hará posible trabajar con mayores niveles de eficacia.