Málaga da un paso clave en su apuesta por modernizar las herramientas de las que dispone para el tratamiento de los residuos domésticos (fracción resto, resultante tras la selección inicial) que sus vecinos y negocios generan día a día. Con este objetivo, y gracias en buena medida a los fondos Next Generation, el Ayuntamiento ha puesto en marcha el proceso para contratar las obras y el suministro de los dispositivos necesarios para transformar su actual planta en Los Ruices.
La remodelación planteada, que va a suponer una inversión cercana a los 10 millones de euros (IVA incluido), va a permitir pasar de un tratamiento de fracción resto completamente manual a uno con elevado grado de automatización de los sistemas de clasificación de materiales reciclables. Las empresas interesadas en optar a este concurso tienen hasta el 11 de diciembre para presentar sus ofertas. El plazo inicial de desarrollo del contrato es de 17 meses.
Tomando en consideración el pliego de condiciones técnicas que rige este procedimiento, así como el proyecto técnico, la planta de tratamiento de fracción resto actual fue inaugurada en 2002, encontrándose "en un estado de obsolescencia avanzado".
La instalación está formada por fosos de recepción gestionados mediante pulpos sobre puentes grúa; la planta de tratamiento mecánico formada por 2 líneas de alimentación, cabina de triaje primario, 2 trómeles de cribado, cabina de triaje secundario y 2 compactadores de rechazo de salida; una nave de fermentación y compostaje de la materia orgánica recuperada (MOR); la planta de afino de compost (actualmente inoperativa).
Un complejo en el que, se precisa, conviven una serie de equipos "con un nivel de deterioro importante que han llegado al final de su vida útil". En la intervención se plantea un "desmantelamiento casi completo" todos los equipos de tratamiento existentes, así como las partes civiles correspondientes a cabinas de triaje.
Este desmantelamiento será realizado por el adjudicatario previo al montaje de la nueva instalación, debiendo gestionar y comercializar a su criterio la generación de chatarra del desmantelamiento. Se conservarán una serie de equipamientos e instalaciones, caso de los sistemas de compactación de rechazos, que se conservaran en su posición actual además de las cintas de alimentación presentes.
La renovación propuesta incluye la instalación de 2 nuevos trómeles de cribado para realizar un tamizado adecuado de cara recuperar la máxima cantidad de materia orgánica a enviar a compostaje-bioestabilizado; de 2 nuevos trómeles de cribado para realizar un tamizado adecuado de cara a alimentar los separadores balísticos; de un abrebolsas intermedio tipo triturador; de 2 separadores balísticos para la generación del flujo de rodantes y planares objeto de recuperación; de 4 separadores ópticos con el objetivo de clasificar de forma independiente cuatro productos, además de realizar un recirculado maximizando la cantidad de material a reciclar.
A todo ello hay que sumar una nueva cabina de triaje secundario adaptada a las nuevas condiciones del proceso para realizar un triaje de calidad y control de los materiales separados por los equipos automáticos; una serie de box o búnkeres de almacenamiento de materiales recuperados para su envío de forma automática a la zona de prensado, y nuevos sistemas de prensados necesarios para absorber el aumento del volumen de materiales reciclables a recuperar.
La instalación actual está compuesta por dos líneas de alimentación con una capacidad máxima de 30 t/h cada una. Pero con la modernización de la instalación se incrementará esta capacidad a hasta 40 t/h por línea. Este aumento soportará un posible crecimiento del volumen de residuos en los años venideros, dotando a la planta de un potencial total de tratamiento del entorno de las 255.000 t/a.