Casi dos años después de que fuese activado el expediente, los Baños del Carmen, uno de los lugares más emblemáticos y queridos de Málaga, están protegidos. La publicación el pasado viernes en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) de la propuesta permite la entrada en vigor de la salvaguarda, que vela por la conservación plena del histórico inmueble y su entorno directo.
La decisión de la Junta de Andalucía de declararlo Bien de Interés General (BIC) permite la supervivencia de una construcción largamente ligada al día a día de la capital de la Costa del Sol, siendo considerado desde sus orígenes como uno de los más importantes referentes de la cultura de los baños de mar.
De hecho, se llega a señalar en el informe que este parque balneario es "una cartografía histórica en la que queda recogida la huella y memoria de la relación entre el ser humano y el medio natural en torno a la costumbre del baño y de las casas de baños o balnearios".
Una cultura con peso propio en Málaga, que se consolidó "internacionalmente como ciudad balneario para la salud" en la segunda mitad del siglo XIX. Poco después aparecieron los primeros baños de mar, instalaciones no permanentes y con concepto tradicional de baño cerrado heredado de los baños de aguas termales.
Fue justo tras la Gran Guerra (entiéndase la I Guerra Mundial) cuando el baño pasó de ser terapéutico o curativo "a entenderse como climatismo y naturismo, ligado a la vida sana, el deporte, el ocio y el baño al aire libre". Un paso adelante que permitió el nacimiento de un nuevo concepto y forma de balneario "que se aplica en los Baños del Carmen".
Las referencias históricas demuestran la "fuerte vinculación e identidad" de la ciudadanía malagueña con este bien, que se ha convertido en un "paisaje simbólico ligado tanto al pasado como al presente, a vivencias y a memoria colectiva".
Incluso, está relacionado con la historia y la cultura malagueña a través de personajes como los poetas de la Generación del 27 Emilio Prados y José María Hinojosa, el periodista y poeta Manuel Alcántara o la familia Pérez Estrada. También con el Club Deportivo Málaga, que tuvo en este emplazamiento su primer campo.
Pero más allá de la trascendencia global del lugar, hay elementos concretos que son igualmente protegidos dentro de este expediente. El caso más curioso de todos es el de una campana de bronce, de 30 por 40 centímetros, fechada en el año 1919 que fue desenterrada en el transcurso del procedimiento de catalogación.
De acuerdo con lo apuntado por los especialistas, la misma está ligada históricamente al Parque Balneario. El bien presenta una inscripción en la que se puede leer "Fundición de C. Linares. Madrid Carabanchel Bajo. Nuestra Señora del Carmen. Año 1919".
"Según la tradición oral transmitida por los trabajadores del recinto, la campana constituye un recuerdo de la inauguración del Balneario y fue retirada en un momento indeterminado de la década de 1990, para evitar su robo", se precisa. Se da la circunstancia de que el responsable de su fabricación es el mismo taller que dos de las campanas de la Catedral de Málaga.
Asimismo, se indica que conforme varias fotografías antiguas la campana estuvo situada en dos puntos del interior del balneario. Una de ellas, la galería de acceso al primitivo restaurante; la otra, en la puerta de acceso al balneario, colgando de un arco metálico rematado por una veleta. La intención de los actuales concesionarios del restaurante es la de recuperarla y colocarla nuevamente en el edificio.
Limitación a las actuaciones
La entrada en vigor de la protección acota de manera clara el tipo de intervenciones que se pueden realizar sobre el edificio y sobre el entorno directo. En este sentido, se destaca que cualquier acción debe propiciar su uso público lúdico-recreativo, "potenciando su permeabilidad peatonal y accesible, tanto a través de la entrada histórica al recinto de la portada noroeste (edificio de taquillas), como a través de la franja litoral del barrio de Pedregalejo y de su fachada norte hacia la calle Bolivia, donde deberá compatibilizarse con el mantenimiento y restauración de la tapia histórica que lo separa de dicha calle".
En cuanto a las intervenciones sobre el inmueble principal y bienes inmuebles accesorios, se incide en que tendrán que desarrollarse bajo la perspectiva de la conservación-rehabilitación; se tenderá a eliminar los elementos añadidos no originales de baja calidad constructiva.
Sí se admite la reconstrucción de columnatas y pérgolas originales conforme a la documentación histórica de que se dispone, reutilizando preferentemente los materiales originales disponibles. Así como ampliaciones del edificio "con la superficie estrictamente necesaria" para hacer viable su funcionalidad para los usos permitidos, preferentemente en su parte norte, en el marco de un proyecto de conservación-rehabilitación, debiendo preservarse los espacios interiores originales del edificio.
La Junta considera la zona este del inmueble, que linda con Callejón Perejil y primeras edificaciones del barrio de Pedregalejo, como espacio susceptible de ser utilizado para la realización de usos y actividades acordes a la naturaleza y tradición histórica del Balneario del Carmen y del mismo barrio de Pedregalejo, cuya implantación y materialización requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de Patrimonio Histórico.
En cuanto a las medidas destinadas a paliar los efectos de las inundaciones, se remarca que las mismas "no interferirán en la integridad del conjunto formado por el edificio y sus terrazas ni con la continuidad de su uso a lo largo del tiempo", sin perjuicio de las medidas de seguridad que deban adoptarse cuando se prevean condiciones meteorológicas adversas, incluyendo la interrupción puntual de las actividades y acceso de personas al recinto.