La apuesta del Ayuntamiento de Málaga de impulsar la rehabilitación integral del edificio de La Invisible, en pleno Centro histórico, queda frenada ante la negativa del colectivo okupa a permitir el acceso al inmueble a los técnicos de la empresa a la que ha sido adjudicado el proyecto geotécnico y de patologías.
La imposibilidad de entrar al inmueble para tomar datos y realizar mediciones bloquea el avance de un documento esencial para determinar la situación real de la edificación, sobre la que pesan ya varios informes de la Gerencia de Urbanismo advirtiendo de su mal estado de conservación.
El impacto del atrincheramiento del colectivo okupa es aún mayor, dado que también va a impedir al equipo de gobierno afrontar la contratación de la redacción del proyecto de rehabilitación, actualmente en fase de licitación y por el que compiten cinco estudios: Estudio Arquitectura MGA; Fresneda & Zamora Arquitectura; Miguel Ángel Díaz Romero y Asociados, S. L. P.; Técnicos Reunidos para Andalucía y Extremadura, S. L. P., y Yamur Arquitectura y Arqueología, S. L.
Todo ello es confirmado por el concejal de Vivienda, Francisco Pomares. "No nos dejan entrar, no dejan entrar a los técnicos", afirma el edil, quien admite que han sido varias las ocasiones en las que se ha tratado de acceder sin éxito.
"Lo que nos dicen es que no quieren que se avance en nada hasta que se aclare qué va a pasar", declara Pomares a EL ESPAÑOL de Málaga, aclarando que el deseo de Vivienda es el de actuar en el edificio dado su mal estado de conservación, "sin entrar en el uso futuro que vaya a tener".
La posición del colectivo, que okupa sin autorización alguna desde hace años, ejemplifica el enfrentamiento existente entre las dos partes. Desde la Casona del Parque son varias las ocasiones en las que se ha reclamado autorización judicial para proceder al desalojo ante la negativa de La Invisible a abandonar voluntariamente el inmueble de la calle Nosquera.
A esta vía legal se suma la emisión semanas atrás de un dictamen por el que se decretó el cese de la actividad hostelera que viene realizando La Invisible sin contar con la debida autorización.
El concejal de Vivienda remarca que la intención del Consistorio es la de realizar de manera directa los proyectos, sin que hasta el momento se haya tomado la decisión de si será el Ayuntamiento o no el que acometa la futura obra. Incluso, asegura que en el marco de algunas inspecciones realizadas tiempo atrás se pudo observar que los ocupantes habían ejecutado ciertas obras sin licencia ni permiso, "y tocando la estructura".
"Queremos saber cómo está el edificio; si no tienen nada que ocultar que dejen entrar a los técnicos", insiste Pomares, quien incide en la imposibilidad de avanzar en la hoja de ruta trazada ante la negativa a permitir la entrada de los técnicos.
Un edificio de 1900
El edificio situado en los números 9 y 11 de la calle Nosquera data del año 1900. "Se encuentra deteriorado y desactualizado respecto a las normativas técnicas que son de aplicación para el uso cultural al que se quiere destinar tras su rehabilitación", se destaca en el pliego de condiciones técnicas que rige la contratación del proyecto de rehabilitación, para el que se fija un plazo de dos años.
En esta misma documentación se remarca que se trata de un bloque "okupado sin título jurídico alguno por diferentes asociaciones y colectivos culturales". A juicio de los técnicos municipales, "necesita una sustancial y muy necesaria rehabilitación", tal y como se recoge en el informe del Servicio de Conservación y Arqueología de la Gerencia de Urbanismo de 13 de julio de 2021.
En el mismo se informa de que el inmueble presenta "deficiencias respecto a la conservación y la seguridad, forjados apuntalados, desprendimientos de cielo rasos, manchas indicativas de filtraciones, tejas sueltas, revestimientos disgregados, daños estructurales puntuales e importantes carencias con respecto a la instalación eléctrica y a la protección contra incendios".
Dada la antigüedad del inmueble, su estado y sus valores arquitectónicos y patrimoniales, se hace necesario no postergar más su rehabilitación integral, "procediendo a su recuperación definitiva en las debidas condiciones de seguridad y habitabilidad en base a su uso definitivo". Por ello, hay que acometer las obras con las solucionar los problemas relativos a la seguridad y habitabilidad del edificio, así como para dotarlo de funcionalidad para que albergue uso cultural.