Camino expedito para que los visitantes que a diario acuden al Museo Thyssen de Málaga puedan completar su visita con un extraordinario recorrido por los ricos restos arqueológicos, principalmente de época romana, excavados en el subsuelo de la pinacoteca. Tras años de intentos fallidos, la apuesta por hacer visitables este hallazgo da un paso definitivo.
El Ayuntamiento de Málaga acaba de formalizar con la empresa Hermanos Campano el contrato que va a permitir ejecutar los trabajos de adecuación para musealizar de estos restos. El presupuesto de licitación de la operación asciende a 425.898,01 euros, de los cuales 73.916,18 euros corresponden a la cuota de IVA, y un plazo de ejecución de 8 meses.
Conforme a este calendario es factible pensar en que el espacio esté dispuesto para la entrada de los primeros visitantes a finales de este mismo año o principios de 2025. Se trata de una vieja aspiración municipal. La previsión es que una vez realizadas las actuaciones contempladas se abra el espacio a grupos reducidos de 10-15 personas y por tiempos de 30 minutos.
Las excavaciones realizadas han permitido abrir la puerta a acceder a restos de época romana "en un estado de conservación aceptable y en una superficie relativamente extensa". Los mismos permiten discernir aspectos relativos a la configuración arquitectónica, diferenciando zonas residenciales y áreas de producción pertenecientes a un mismo complejo.
"Desde un punto de vista cronológico se han obtenido resultados inéditos en relación con los orígenes de la ocupación y sus vicisitudes hasta su colapso definitivo en el siglo V d. C.", se detalla.
Una de las grandes singularidades de este yacimiento es el Ninfeo de los Peces, una fuente monumental construida a finales del siglo I d. C., que tiene asociados sucesivos programas decorativos, destacando motivos figurativos de peces representados con gran realismo y calidad pictórica. "Es un rasgo que por sí mismo determina la excepcionalidad del hallazgo y realza su interés", destacan.
De acuerdo con los estudios de Arqueosur, el periodo útil de la fuente se prolongó a lo largo de casi 300 años, tiempo suficiente para que su estructura evolucionase al compás de las vicisitudes arquitectónicas del sitio, siendo objeto de una reforma que no afectaría a los rasgos esenciales de la fuente.