Turismo ya pone fecha a la llegada a su nueva facultad en la extensión del campus de la Universidad de Málaga
Aunque las obras estarán completadas a finales de 2024, la previsión es que los alumnos puedan iniciar el curso en septiembre de 2025.
14 marzo, 2024 05:00Mucho más tarde de lo previsto inicialmente y por mucho más dinero. Pero, pese a las evidentes dificultades, la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga ya empieza a contar los meses para conquistar sus nuevos dominios en la zona de expansión del campus. El calendario que se maneja en este momento es que los estudiantes de la especialidad puedan arrancar el curso 2025/2026 en su nuevo edificio, cuya construcción se viene alargando desde los primeros meses de 2021.
De esa fecha data la formalización del contrato de adjudicación del equipamiento firmado con la empresa Acciona. La suya fue la oferta elegida por la Universidad para ir adelante con un ambicioso y necesario proyecto. Conforme a las condiciones de la proposición original, el plazo de desarrollo de los trabajos era de 16 meses, con lo que tendría que haber sido realidad en el verano de 2022.
Una previsión que entra en conflicto con la fotografía actual de la actuación, dado que el propio decano de Turismo, Antonio Guevara, pospone a septiembre de 2024 la fecha de culminación de las obras. Un paso indispensable pero insuficiente para su apertura oficial, dada la necesidad de dotar al edificio de todo el mobiliario y el equipamiento necesario.
"Ya estamos viendo el tema del equipamiento, la previsión es que los estudiantes empiecen en septiembre del 2025, para el curso 2025/2026", confirma Guevara, quien pone en valor la importancia de estas nuevas instalaciones, por cuanto va a permitir al centro responder al incremento de demanda que hay en los estudios de gastronomía. "Ese centro está diseñado para 1.800 personas", explica, muy por encima de los 1.100 actuales.
La variable tiempo no es la única que se ha visto claramente afectada desde el arranque de la operación. También los parámetros económicos se han incrementado de manera sustancial. De hecho, a finales del año pasado quedó formalizado un proyecto modificado por valor de 4,6 millones de euros, lo que eleva a unos 27 millones el valor final.
Entre las razones de este ajuste económico se incluye el incremento del canon de vertidos, "por ser imposible detectar de forma previa la presencia de residuos contaminantes"; el desarrollo de un estudio geotécnico adicional por la variabilidad de los rellenos e indeterminación en la longitud de los pilotes de cimentación; por la remodelación de la red de saneamiento proyectada, debido a la existencia de un error en los planos de red municipal.
Otro elemento añadido ha sido la adaptación en cubiertas a requerimiento de bomberos, así como a la necesidad de responder a determinados requerimientos de la compañía suministradora de electricidad.
Los patios, protagonistas
La nueva Facultad de Turismo nace del diseño del estudio Vaíllo Irigaray y Asociados, que recibió el encargo en septiembre de 2018. La propuesta fija los volúmenes edificatorios en torno a varios patios, una tipología "frecuente en toda la tradición de la arquitectura didáctica o docente". Siguiendo esta idea, diseñan una agrupación de volúmenes estructurados a través de un espacio central de relación.
El edificio se resuelve en torno tres volúmenes que engloban programas funcionales homogéneos, caso de los aularios, los despachos de los departamentos, el salón de actos, la biblioteca y la cafetería. Y cada volumen se organiza en torno a un patio, "que refuerza la personalidad de cada espacio, genera un espacio verde, fresco y amable en torno al cual gira toda la actividad, convirtiéndose en espacios de relación exterior protegido".
El espacio de relación central contiene el vestíbulo de acceso, sirviendo además como organizador de circulaciones, con la idea de que pueda ser destinado a usos complementarios de la facultad, caso de eventos, exposiciones, catas… La unidad docente es la destinada a las aulas y los laboratorios, incluyendo salas de catas, de gastronomía, de análisis sensorial y un espacio Reserva Cullinary de casi 180 metros. Asimismo, se enumeran 5 aulas con capacidad para 120 alumnos, 7 para 72 alumnos, 4 para 50 y 2 para 35.
La zona departamental está integrada por los despachos de profesores y laboratorios de Investigación. Finalmente, el volumen del salón de actos (con capacidad para 400 personas), cafetería, biblioteca (sala de lectura para 400 personas) y decanato es el reservado para "los grandes espacios de uso común de la facultad". Todo ello integrado en un conjunto de planta sótano, planta baja y primera planta con una edificabilidad de 17.361 metros cuadrados.
Una de las particularidades arquitectónicas de la propuesta es su apuesta por fachadas que permitirán resolver adecuadamente la visión desde los espacios interiores, la protección térmica y solar y facilitar el mantenimiento de las instalaciones. En este sentido, se habla de una celosía de hormigón estructural que tiene la función de protección solar. En el plano interior se coloca el cierre térmico. En la mayoría de los espacios esta envolvente se resuelve con cierre de vidrio.