Cualquiera que transite estas últimas semanas por la calle Hilera en dirección a El Corte Inglés habrá percibido la presencia de camiones que entran y salen, de alguna máquina excavadora, de pequeñas zanjas en las aceras y de algunos operarios deambulando por la zona. A simple vista cuesta reconocer que se trata de la fase inicial de la construcción del tramo del Metro de Málaga hacia el Hospital Civil. Las dudas sobre la dimensión del proyecto quedarán disueltas en las primeras semanas del próximo mes de junio, que es cuando está prevista la llegada de las máquinas pantalladoras.
Estas enormes herramientas de acero son protagonistas veteranas de la ejecución del suburbano de la capital de la Costa del Sol. Porque son ellas, dotadas de grandes cucharas de hierro, las responsables de morder de manera ininterrumpida el asfalto, profundizando en su avance continuo en el subsuelo.
La llegada de las pantalladoras será el más fiel testigo de que la obra del Metro alcanza su punto de arranque verdadero. Porque, como ya ocurriera hace ahora casi 18 años en el distrito de Carretera de Cádiz, es su labor la clave para dar forma al túnel por el que muchos meses después transitarán los trenes en dirección hacia la zona norte de la ciudad.
La prolongación de la línea 2, procedente justamente de Carretera de Cádiz, hacia el Civil mantiene intacto el método constructivo que se viene empleando desde el origen del ferrocarril urbano. Técnicamente recibe el nombre de cut & cover, que no es otra cosa que ejecutar unas pantallas laterales dotadas de hormigón y acero. Una vez materializadas, se ejecutará una losa superior con el objetivo de retomar la normalidad en la superficie mientras se desarrolla la excavación del paso soterrado bajo tierra.
El proyecto constructivo recoge la previsión de utilizar pantalladoras convencionales en todo el trazado, incluyendo el túnel, la estación y los pozos. No obstante, se abre la puerta a emplear una máquina de gálibo reducido en algún punto debido a la cercanía de voladizos de edificios cercanos.
El cálculo manejado es que el rendimiento de las pantalladoras, junto a las grúas que suministren la armadura, las centrales de lodos y la maquinaria auxiliar, sea de unos 80 metros cuadrados al día. Con las profundidades del proyecto, es el equivalente a 4,8 metros lineales por equipo y día sobre planta, ya que los bataches serán de 2,4 metros).
El documento técnico eleva la longitud total de pantallas a realizar a 1.626 metros lineales. En la parte técnica se detalla que con dos equipos el tiempo de trabajo se alargaría casi 8 meses, periodo que se recortaría a poco más de 5 meses con tres máquinas. Sí se indica que el mayor rendimiento se considera con la pantalladora trabajando perpendicularmente al eje de avance y con los espacios necesarios para la circulación del resto equipos (grúas, camiones...).
En cuanto a la losa de cubierta, que será la que se coloque sobre las pantallas una vez completadas y que permitirá seguir trabajando bajo tierra, el proyecto apunta la posibilidad de disponer de un equipo con cuatro personas, con su correspondiente maquinaria auxiliar.
De este modo, el rendimiento estimado sería de unos 50 metros cuadrados diarios, con una extensión total de trabajo de 7.217 metros cuadrados. Esto implica un tiempo de trabajo de unos seis meses y medio. Para la construcción de la losa intermedia (es la que divide en dos el túnel), el rendimiento previsto es de 40 metros cuadrados diarios, con una medición total de 7.217 metros cuadrados. El tiempo necesario sería algo superior a los 8 meses.
Las excavaciones del terreno bajo losa se debe extender algo más de 6 meses, con rendimientos de 750 metros cúbicos al día. Con ello se logrará responder a una excavación total de 101.660,87 metros cúbicos.
Otras fases posteriores son las relacionadas con la contrabóveda (viene a ser el suelo del túnel, sobre el que se colocarán las vías). En su caso, se estima una duración de 8 meses. La parte de urbanización del entorno, una vez cerrado el túnel de manera superficial, se habla de seis meses y medio en el caso de la calle Hilera y de algo menos de un mes en Santa Elena.
La parte final del contrato estará relacionada con la colocación de la superestructura de vía. Para esta fase se habla de rendimientos estimados de 25 metros lineales, con lo que será preciso algo menos de un mes.
El análisis del proyecto constructivo de este primer subtramo, que tiene una longitud de 637 metros, permite conocer, por ejemplo, que en las pantallas del túnel se emplearán 3.741.548 kilogramos de acero corrugado B 500; a los que sumar otros 3,117.417 kilos de este mismo acero en las barras para armado. O que en la excavación entre pantallas bajo cubierto serán extraídos 104.560,95 metros cúbicos de material.