El gran proyecto inmobiliario con el que se completará la transformación del litoral oeste de Málaga, convirtiéndose en lo que algunos han llamado como la nueva milla de oro de la capital de la Costa del Sol, entra de lleno en la cuenta atrás. Tras la certificación de los últimos trámites administrativos, entre ellos el proyecto de reparcelación, y a la espera de que se pulan los últimos flecos, los promotores privados de La Térmica, con el fondo Ginkgo como principal referente, confirman su intención de arrancar los trabajos de urbanización en los primeros días de junio.
"Queremos tener las primeras máquinas en junio", aseguran fuentes cercanas a la operación, que añaden que la intención es que el proceso de comercialización de las futuras viviendas se pueda acometer en paralelo a este impulso de la actuación.
Durante casi 16 años, el proyecto de La Térmica ha acompañado al día a día urbanístico de la ciudad. Tras no pocos vaivenes y sobresaltos, la iniciativa, en la que la parte privada se da la mano con el Ayuntamiento, copropietario de casi la mitad de los aprovechamientos, entra en su recta final.
La ejecución material va a suponer una inversión que se estima en unos 150 millones de euros. Sobre los terrenos que antaño fueron ocupados por una central térmica se levantará un complejo residencial, con un máximo de 870 viviendas, de las cuales 273 serán protegidas, así como un importante desarrollo terciario y hotelero. Y todo ello en una localización privilegiada, al ser la última parcela libre de ladrillo del litoral oeste.
El impacto que esta intervención va a tener sobre la ciudad se dejará notar físicamente, ya que incluye a modo de carga la ampliación del Paseo Marítimo de Poniente, y en las arcas municipales. Muestra de ello es el resultado de la reparcelación acordada entre las dos partes, que incluye a modo de obligación por parte de los promotores privados el pago al Consistorio de casi 18,9 millones de euros en concepto de indemnización económica sustitutoria. Una cuantía a la que sumar los cerca de 2 millones que la parte privada aportará para la extinción del derecho de superficie que había sido adjudicado a Repsol.
Las fuentes consultadas confirman que el abono de esta suma no se hará de una sola vez, sino de manera faseada en diferentes anualidades. Algo que, por lo que indican. interesan también al Ayuntamiento, con el objeto de atender sus programaciones presupuestarias.
Pero es que a esta suculenta partida económica hay que agregar que Nueva Marina Real Estate asume en su totalidad los costes de urbanización del sector, tasados en unos 48 millones, así como el traslado de la subestación eléctrica de San Sebastián, valorado en 11.935.052,67 euros.
Todo lo que recibe el Ayuntamiento de Málaga
Como copropietario, el Ayuntamiento, que renuncia al residencial libre, obtiene aprovechamientos más que interesantes en su actual estrategia. Así, se queda con la reserva hotelera, que cuenta con un techo edificable de 11.550 metros (a materializar en un edificio de planta baja más 14 alturas), cuyo valor es de 11,5 millones de euros (a razón de 1.000 euros el metro). A esta cifra hay que agregar los 4.975.627 euros en los que se tasa el comercial de este mismo terreno (4.737 metros de techo, a 1.050 euros el metro).
La segunda gran pieza corresponde a las oficinas, con un techo de 12.564,8 metros (a materializar en un bloque de planta baja más 9 alturas), y cuyo precio de mercado se estima en 10.679.000 euros. A los mismos hay que sumar los 2.579.850 euros en los que se estima el valor de mercado de los 2.457 metros de techo comercial que hay en esta misma pieza de suelo.
Y hay una tercera aportación, correspondiente a los suelos de VPO (valorados en unos 5,9 millones), que ya fueron empleados por el Consistorio como pago por parte de los terrenos de Arraijanal.
También obtiene de forma gratuita, libre de cargas y repartida en varios complejos inmobiliarios, 57.247,10 metros cuadrados de zonas verdes y libres, 6.377 metros para equipamiento deportivo y sistema general y 23.360 metros de viario.
Durante la obra completa se crearán alrededor de 1.500 puestos de trabajo, directos e indirectos. Pero una vez finalizada la construcción, las instalaciones del nuevo barrio generarán unos 600 nuevos puestos de trabajo.
Una de las particularidades de la iniciativa, que lleva la firma del arquitecto francés François Leclercq, es que la ordenación, inspirada en la vecina desembocadura del río Guadalhorce, busca la integración y el respeto al medio ambiente mediante la distribución de las fachadas y el uso del color blanco para aprovechar el poder termorregulador del mar en la aclimatación de los inmuebles.
Esto ayuda también a reducir el consumo energético, limitando significativamente las emisiones de CO2. A esto se suma un diseño redondeado de las fachadas, lo que reducirá el impacto del viento, facilitando la vida de los futuros residentes.