Ricardo Arranz, el gurú hotelero de la Costa del Sol, abierto a escuchar ofertas por el palacio que tiene en Málaga
La pretensión original del empresario, que lo adquirió en una subasta hace varias décadas, era convertirlo en un hotel boutique de primer nivel.
6 mayo, 2024 05:00Noticias relacionadas
Ricardo Arranz, presidente ejecutivo de Villa Padierna Hotels & Resorts y viudo de la condesa Alicia Villapadierna, es por méritos propios uno de los principales artífices del lujo de la Costa del Sol. Así lo avala la amplia trayectoria acumulada en el sector desde que llegó a la provincia de Málaga.
Pero en esta carta de presentación ciertamente extraordinaria, hay un proyecto que sigue estancado, el del Palacio de Trinidad Grund en Málaga capital. Este histórico inmueble, que data del siglo XVIII y donde se dice pasó una breve estancia José Bonaparte, hermano de Napoleón, sigue anclado en el tiempo, a la espera de un proyecto que le permita lucir como es debido.
Más de dos décadas acumula cerrado a cal y canto. Tras la salida de las últimas oficinas del Ministerio de Trabajo, Arranz se hizo con su propiedad. Su propósito era el de convertirlo en un hotel de referencia en la capital de la Costa del Sol. Pero fueron muchos los obstáculos que impidieron avanzar en este camino.
En este escenario de bloqueo, el empresario burgalés puso en el mercado el edificio, hace ahora un año. Y lo hizo por un precio que no está al alcance de todos los bolsillos: 12 millones de euros. Esa era la cantidad que en su día aparecía en algunos anuncios inmobiliarios.
A día de hoy, el palacio sigue estando en manos de Arranz, quien, sin embargo, confirma a EL ESPAÑOL de Málaga su disposición "a alquilar, vender o a negociar" con cualquier empresa que tenga una propuesta firme para esta construcción. Durante todos estos años son varias las ofertas recibidas, aunque ninguna de ellas ha cuajado lo suficiente.
"Estoy abierto a cualquier cosa, siempre que se pueda hacer algo bonito", apunta Arranz a este periódico, admitiendo que la proliferación en los últimos años de no pocos establecimientos hoteleros en el entorno directo, en el barrio del Soho, puede haber dejado "encajonado" el Palacio de Trinidad Grund. Por eso no descarta otros usos posibles, ya sea de restauración, museo… La opción oficinas tampoco parece desechable para un edificio que cuenta con unos 2.500 metros cuadrados.
Arranz compró en subasta este palacio con la idea de transformarlo en un hotel 5 estrellas. Una pretensión que se dio de bruces con la posición del Ayuntamiento en aquellos años y las dificultades de modificar sus condiciones urbanísticas. El edificio está estratégicamente situado a pocos metros de la Plaza de la Marina y del Centro histórico. La idea, hace ahora 20 años, era invertir 9 millones de euros para convertirlo en un establecimiento de lujo con 40 habitaciones.
Pese a que está sin uso desde hace tiempo, la empresa lo ha sometido a varios proyectos de rehabilitación y mantenimiento, en algunas ocasiones obligado por el deterioro. Cuando en 2009 se le preguntaba a Arranz por los posibles usos del edificio, cerrada la vía hotelera, destacaba que era una casa ideal para el asentamiento de cualquier organismo público o espacio de trabajo de abogados o un centro médico privado.
Según los estudios existentes, el palacio data del siglo XVIII, aunque fue remodelado tiempo después. Del mismo se pone en valor su patio y la escalera, "de tipo imperial, cuya caja se cubre con una bóveda sobre pechinas y con adornos barrocos muy clasicistas". Así se recoge en la Guía histórico-artística de Málaga, en la que apunta que la casa pudo ser reformada bajo la dirección del arquitecto José Martín de Aldehuela.