Las numerosas averías que en los últimos años viene sufriendo el ascensor que permite subir hasta la Alcazaba ha acabado forzando al Ayuntamiento de Málaga a dar el paso para su renovación. Con este objetivo, el área de Servicios Operativos ha puesto en marcha el procedimiento para contratar la colocación de un nuevo dispositivo con el que poner fin a los continuos quebraderos de cabeza que empezaba a dar la maquinaria.
Tomando como referencia los datos recogidos en la licitación pública, la inversión prevista asciende a casi 168.000 euros (IVA incluido), siendo el plazo de desarrollo del servicio de 70 días máximo desde la formalización del contrato. Las empresas interesadas tienen hasta el 4 de junio próximo para presentar sus ofertas.
El origen de este ascensor se remonta a finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando se ejecutó un proyecto del Estudio Cámara, formado por Isabel Cámara Guezala y Rafael Martín Delgado, mediante el que se dotó al edificio de la Alcazaba de una infraestructura consistente en la apertura y consolidación de un túnel de acceso, desde la calle Guillén Sotelo, bajo los Jardines de Puerta Oscura, hasta el foso del ascensor que comunica con una de las salas de la Casa Palacio.
La misma facilita el acceso al monumento de personas con dificultades de accesibilidad, movilidad reducida, con limitaciones visuales, auditivas y sensoriales, y permite el acceso al monumento en silla de rueda o con carrito de bebé, además de facilitar el tránsito de grupos en determinadas actividades del conjunto monumental.
A ojos de los responsables municipales, el ascensor es de "vital importancia" en un momento como el actual, en el que se percibe un incremento continuo de la actividad turística de la ciudad, que se deja notar en la afluencia de personas que acuden a visitar uno de sus grandes monumentos.
La realidad es que el estado del ascensor contrasta con esta realidad. "Empieza a mostrar signos de desgaste en varios de sus componentes, siendo cada vez más frecuentes las interrupciones del servicio por averías", se admite en el pliego de condiciones técnicas, en el que se justifica por ello la decisión de sustituirlo.