La barriada de Nuevo San Andrés ha sido conocida desde su nacimiento en los años 70 como una de las humildes de Málaga. Allí se ubicaron gran parte de las familias que vivían en chabolas ubicadas a lo largo del litoral malagueño en busca de una vida mejor. En la actualidad es una zona tranquila y trabajadora, a apenas cinco kilómetros del corazón de la ciudad, donde en sus pistas de fútbol, cada tarde, decenas de chavales se citan para jugar unas pachangas o pasar la tarde con amigos en el parque.
Sin embargo, este barrio vive desde hace unos días una sensación extraña después de conocer que entre ellos residía un presunto yihadista. Mohamed M., así se llama, ha estado viviendo a apenas unos metros de esas pistas, en el número 17 de la calle Nazaret, durante unos meses, hasta que en la madrugada del pasado lunes la Guardia Civil lo detuviera y fuera enviado a prisión por la Audiencia Nacional.
Mohamed no llamaba la atención cuando salía de casa, por lo que nadie imaginaba lo que hacía de puertas para dentro. Al parecer, según ha manifestado la Guardia Civil, se trata de un "auténtico muyahidín virtual en busca de la yihad de la palabra". Además, lo califican como una persona en "un profundo proceso de radicalización"
Al parecer, Mohamed contaba con 16 cuentas en TikTok que la propia red social le iba cerrando por los mensajes que difundía. En ellos, siempre ejercía una intensa actividad a través de redes sociales, donde creaba y difundía contenido yihadista y enaltecía a figuras del Dáesh.
En concreto, difundía y creaba vídeos acerca de importantes figuras ideológicas y dogmáticas del Dáesh, como Abu Ali al-Anbari, quien desempeñó un rol importante en la estructura militar de la organización tras servir como emir del Departamento de Soldados y nombrado adjunto del líder Abu Bakr al-Baghdadi.
También trataba de reclutar a personas que realizaran atentados a través de contenidos incitadores a la violencia. En uno de ellos se podía ver los atentados suicidas del Dáesh en zonas de conflicto o los ataques terroristas cometidos en el Crocus City Hall de Moscú, que dejó más de 140 fallecidos y centenares de heridos.
Así, también administraba directos y canales con el mismo cometido: difundir contenidos yihadistas que él mismo editaba a través de veinte softwares de edición especializada. El detenido contaba con una amplia experiencia en la estrategia mediática descentralizada de la organización terrorista Dáesh.
Gran parte de sus vídeos terminaban viralizándose, algo fundamental en TikTok, donde el arrestado trataba de llegar al mayor número de jóvenes posibles. Logró tener miles de seguidores.