María (nombre ficticio) lleva sin descansar bien desde el pasado 14 de junio. La ansiedad la atosiga. Ese día a la hora de comer, su hijo, de apenas 18 años, había quedado con otra persona en el barrio de San Andrés a la que iba a vender unos vapeadores. Según explica la mujer, es la forma con la que el joven se gana unos ingresos para salir a cenar con su novia sin pedirle nada a ella. "Lo hace para ayudarme, es un chaval muy bueno, puedes preguntar por el barrio, mi niño no se mete en líos", comenta.
Su comprador, del que desconoce el nombre, siempre según su relato, le insistió en que se los entregara en el recinto ferial o en Los Prados, zonas más tranquilas que San Andrés, a lo que el joven se negaba rotundamente. Su madre siempre le dice que no se fíe de nadie, y así lo hizo.
Finalmente, logró quedar con este individuo en un portal de San Andrés, como él quería. Tras un rato hablando, siempre según su versión, el cliente le pidió que fuera con él hasta el coche para darle el dinero a cambio de los vapers. En ese momento, el conductor, que estaba sentado al volante, aceleró, mientras que el presunto caco se sentó en el asiento del copiloto rápidamente, dejando al joven casi sin capacidad de reacción.
Sin embargo, lejos de darse por vencido y dar su mercancía y el dinero por perdidos, la víctima decidió agarrarse a uno de los laterales del vehículo. El coche le arrastró más de 200 metros, hasta que el joven se soltó y el vehículo se acabó dando a la fuga. "Lo llevó perfectamente desde el Bar Susi hasta la zona de Comestibles Mariví", explica María. Es decir, desde calle Puerto Oncala, hasta la vía Llanonillos.
Los hechos ocurrieron cuando el reloj estaba a punto de marcar las dos de la tarde, por lo que el vital barrio de San Andrés estaba a rebosar. El suceso, además, causó mucho jaleo en la zona. Es por ello por lo que María quiere pedir ayuda a todas aquellas personas que puedan tener información al respecto. "Mi hijo ha empezado ahora a andar algo, pero no camina bien, normalmente va en silla de ruedas y se levanta de vez en cuando totalmente doblado. Tiene magulladuras por todo el cuerpo, siente un quemazón muy fuerte en la espalda. Le ha cogido miedo a salir de la calle por si van otra vez a por él, tenemos que dar con los que le han hecho esto", cuenta María, que ya ha denunciado los hechos ante la Policía Nacional.
"Espero que pronto me llamen para darme la noticia de que han dado con ellos, porque me lo han destrozado. La gente que estuvo allí ayudándole creía que lo habían matado", dice la mujer, pues el joven quedó, según los testigos que llamaron al 112, totalmente inmóvil en mitad de la calzada. Tras ello, fue trasladado al Hospital Clínico de Málaga capital y ahora se sigue recuperando de las heridas, físicas y psicológicas, con la esperanza de que la Policía Nacional arreste cuanto antes a las dos personas que iban a bordo del vehículo fugado.