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La amenaza de inundación mengua en el Guadalhorce: la Junta actualiza los mapas de riesgo y peligrosidad

Los nuevos mapas reducen de manera clara las zonas que se verían afectadas por grandes avenidas de agua. Las obras ya ejecutadas en el cauce han sido claves. 

19 julio, 2024 07:00

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Durante décadas, la relación de Málaga con el río Guadalhorce siempre ha estado marcada por el conflicto. Las numerosas y catastróficas inundaciones ocurridas en la parte baja del cauce han obligado históricamente a la ciudad a estar alerta, amenazando incluso el desarrollo económico y urbanístico de los polígonos industriales que se asientan en las proximidades del encauzamiento y de otras operaciones.

Pero esta inquietud ha ido menguando con el tiempo, en la misma proporción que las diferentes actualizaciones de los estudios han permitido rebajar el riesgo cierto de que el río sea incapaz de asumir grandes avenidas de agua con un periodo de retorno de hasta 500 años.

La última de las revisiones de los conocidos como mapas de peligrosidad en la parte baja del Guadalhorce acaba de ser abierta a consulta pública por parte de la Junta de Andalucía. El documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga, adapta la mancha de los diferentes periodos de inundación (desde los 10 años de periodo de retorno a los 500) tras las obras acometidas por la Administración regional para mejorar las condiciones del cauce. 

Las mismas, la primera fase de un conjunto de intervenciones que también obliga al Gobierno central (fase 2, con trabajos valorados en unos 36 millones de euros) y al Ayuntamiento (fase 3), fueron concluidas en agosto de 2023, tras una inversión de 9,7 millones de euros.

Ante el desarrollo de estas obras, el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), por encargo de la Dirección General del Agua del MITERD, ha realizado una nueva modelización hidráulica con la topografía resultante, con el objetivo de “conocer el estado actual y evaluar la idoneidad, desde el punto de vista hidrológico-hidráulico de las medidas complementarias que deberán ejecutarse en la segunda fase”.

El análisis del mapa actualizado, en comparación con los existentes hasta la fecha, permite observar una clara evolución positiva del problema. Es decir, muchas de las zonas que hasta hace poco estaban en riesgo de sufrir inundaciones, desaparecen de la mancha de riesgo. 

A modo de ejemplo, la amenaza se levanta sobre parte de los terrenos de San Julián, el entorno del aeropuerto de la Costa del Sol, el estadio de atletismo y el centro de raquetas, así como los suelos sobre los que ahora se pretende ejecutar el campus de la Universidad X el Sabio y el desarrollo de La Térmica, con más de 800 viviendas.

Tomando como referencia el nuevo mapa de esta zona, el éxito de las actuaciones desarrolladas en la primera fase del plan es evidente. De hecho, antes del arranque de las actuaciones ya se apuntaba que las acciones podrían rebajar en hasta un 60% el riesgo de inundabilidad. 

Ahora queda por saber si ante el resultado logrado con esta etapa inicial, desde el Gobierno se mantiene la idea de avanzar en una segunda fase, que, entre otras actuaciones, contemplaba:

  • Aumentar la capacidad de desagüe de los puentes de la MA-21 (antigua N-340) por su margen derecha, mediante nuevos vanos que sustituyen los terraplenes existentes en los estribos, semejantes a los vanos del puente de vigas (4 vanos). Así, se aumentaría la capacidad para desaguar hasta 4.160 m3/s. Incluye la recuperación por la margen izquierda del vano afectado por los servicios existentes.
  • La eliminación de la rotonda de la margen izquierda y de la edificación existente en la bifurcación del encauzamiento.

  • La prolongación de los muros existentes del encauzamiento tanto hacia aguas arriba como hacia agua abajo, con una altura de 1,5 metros y una longitud de 5.882 metros, salvo en las proximidades de la M-21 (antigua N-340) donde podría alcanzar 2,5 metros y una longitud de 672 metros.

  • La eliminación de la plataforma, terraplén, estudio de la afectación del puente y estribo de la antigua vía del ferrocarril.

  • La elevación de los cajeros de los barrancos: arroyo Ciriano modificación de los cajeros en una longitud de 583 metros, en 362 metros del arroyo Buenavista y en 1.590 metros del arroyo Cañas. El objetivo es evitar que el remanso producido por la avenida del Guadalhorce produzca desbordamientos en los barrancos.

  • Estudio de posibilidad de modificación de trazado de la conducción de la EDAR.

En la memoria de la actualización de los mapas de peligrosidad y riesgo se recuerda que una vez terminado el periodo de consulta pública y tras analizar las alegaciones, se continuará con el procedimiento. Una vez validada la información recogida en estos mapas tras el informe preceptivo de la Comisión de Autoridades Competentes, se remitirá al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para su integración en el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables sustituyendo los mapas publicados anteriormente.