¿Cómo era el plano de Málaga a finales del siglo XIX? Una de las respuestas más accesibles está en el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), que a través de su apartado educativo recoge mapas históricos de las diferentes capitales de provincia andaluzas, conservados por el Ministerio de Defensa.

El plano de Málaga que recoge el IECA data de 1892. Su autor es Emilio de la Cerda Gariot, que actualiza el mapa de Málaga a finales del siglo XIX en base al elaborado anteriormente por Joaquín Pérez de Rozas en 1863. 

A escala 1:5.000, esta litografía a color recoge los grandes proyectos por entonces en curso, diferenciándolos en color rojo de la ciudad consolidada. En él destacan la desviación del río Guadalmedina y la construcción de una gran avenida sobre el cauce, "anhelados por Málaga desde hacía siglos", según detalla el IECA.

Estos proyectos nacen gracias a la "excepcional visión urbanista" del ingeniero de caminos José María de Sancha, que fue muy amigo de Emilio de la Cerda, tal y como se explica en los archivos. 

En esta época, Málaga trataba de recuperarse de la gran catástrofe originada por una plaga de filoxera, que comenzó a asolar las vides de la provincia a partir del año 1877.

Desde su conquista por los Reyes Católicos, el vino y las pasas fueron hasta ese momento el principal recurso de la provincia junto con los productos hortofrutícolas. Así, se retrata una ciudad que intentaba crecer tras la gran crisis.

Detalle del plano donde se observa a la izquierda el proyecto del canal para la desviación del río Guadalmedina. IECA

Gran parte de la población vivía en una "generalizada miseria", por lo que la única alternativa posible para frenar el paro fue construir nuevos edificios y acometer importantes obras públicas.

Entre estos proyectos destacan las parcelaciones que marcarían el desarrollo urbanístico de la población, como la prolongación de la Alameda Principal en paralelo al muelle de la Aduana y el derribo de la Alcazaba para construir nuevos inmuebles sobre el gran solar resultante, este último finalmente no realizado.

Asimismo, se visualizan las manzanas de viviendas proyectadas en los terrenos ganados al mar con los nuevos muelles, "que gracias a Cánovas no llegaron a construirse, por ello Málaga cuenta hoy con un gran parque", explican desde el IECA.

Manzanas de inmuebles proyectadas sobre los terrenos de la Alcazaba. IECA

Por otra parte, el mapa ubica la estación de ferrocarril de Córdoba a Málaga (hoy María Zambrano) inaugurada en 1865, que fue en gran parte derruida y adaptada para la llegada del AVE a Málaga en 2006. 

El plano también hace referencia a la fábrica de textiles La Aurora, fundada por Carlos Larios, sobrino de Martín Larios, en 1856. En los años 80 del siglo XIX modernizó sus instalaciones pero no pudo superar la crisis de finales de siglo y cerró en 1905, según detallan.

Mapa previo

El IECA recoge un segundo mapa de la ciudad de Málaga, elaborado 175 años antes. A fines de 1716, el ingeniero de origen flamenco Bartolomé Thurus viajó a Málaga para realizar un proyecto de fortificación de la ciudad y su muelle, prácticamente inutilizable por el escaso fondo que presentaba.

Bartolomé Thurus. Málaga, 1717. IECA

El 30 de marzo de 1717 entregó el expediente al gobernador Horacio Coppola, que lo remitió a la corte el 6 de abril del mismo año. En él proponía la reconstrucción de las murallas y reforzaba los baluartes de la Alcazaba y Gibralfaro, los únicos que podían acoger a la población en el caso de un asedio.

El plano, conservado en el Museo Naval de Madrid, recoge también sus arrabales extramuros nacidos en torno a pequeños veneros de agua: los denominados Barrio AltoPerchella Victoria y Trinidad

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