La hoja de ruta trazada por la Junta de Andalucía para llevar el Metro de Málaga soterrado hasta el entorno del Hospital Civil sigue cumpliendo etapas. La última de ellas ha sido la salida al mercado para contratar el segundo de los tres subtramos en los que han sido divididos los 1,8 kilómetros de distancia que separan el complejo hospitalario, donde se levantará el Nuevo Hospital de la capital de la Costa del Sol, y la estación Guadalmedina.
El paso adelante dado por la Consejería de Fomento confirma la apuesta decidida por ir adelante con esta fase de la infraestructura casi once años después de que por vez primera se pusiera sobre la mesa. En aquel entonces, con Izquierda Unida al frente del departamento regional, el pacto alcanzado y firmado con el aún alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, era el de prolongar el ferrocarril urbano en superficie y no bajo tierra.
Casi once años después de aquel hito y transformada de manera radical la línea de acción con la llegada de Juanma Moreno y el Partido Popular al Gobierno andaluz, los trabajos del suburbano son una realidad en la calle Hilera (primera pieza del puzle) y se afronta la contratación de las obras entre Hilera y Eugenio Gross, con unos 653 metros de longitud.
La previsión es que en los próximos meses, la Administración regional active la licitación del tercero de los tramos: Eugenio Grosso-Blas de Lezo, que incluye la ejecución de la estación Hospital Civil y cuya inversión rondará los 52,3 millones de euros.
Pero, al mismo tiempo, la activación del procedimiento de contratación de esta nueva parte del trazado hacia la zona norte permite acotar de manera aún más precisa el calendario a medio y largo plazo del suburbano malagueño. Aunque ya parecía obvio desde hace algunos meses, el impulso ahora conocido obliga a asumir que la llegada de los trenes hasta el entorno del Civil no tendrá lugar a finales de 2027, como inicialmente habían señalado desde la Junta. De facto, todo hace indicar que será, como pronto, en la primera mitad de 2028.
Los elementos objetivos que hay sobre la mesa en este momento, sin incluir posibles alteraciones de calendarios por incidencias en el desarrollo constructivo o la etapa arqueológica, apuntan en esa dirección. Tomando como referencia lo sucedido hasta el momento con la obra del primero de los tramos, Guadalmedina-Hilera, que oficialmente arrancó a finales del pasado mes de enero, son 36 meses los estimados para completar toda la fase de infraestructura. Esto hace pensar que no estará terminado hasta principios de 2027.
El periodo de intervención es semejante para el segundo de los tramos ahora en concurso. Las empresas interesadas en pugnar por esta intervención tienen de plazo hasta el 10 de septiembre para presentar sus ofertas. Desde ese momento, se iniciará la labor de análisis por parte de la mesa de contratación, tarea que se alargará varios meses.
Atendiendo a lo ocurrido con el tajo previo, la Junta licitó la obra entre Guadalmedina e Hilera a principios de marzo de 2023, fijando el 11 de abril de 2023 como plazo máximo para la presentación de ofertas. La adjudicación formal en favor de Sando y Kerkros no tuvo lugar hasta octubre de ese mismo año. Es decir, unos siete meses después de que fuese activado el concurso. Y los trabajos sobre el terreno se demoraron hasta el pasado mes de enero. Con todo, unos 10 meses desde que se abrió el proceso de contratación hasta que los obreros tomaron posiciones en las calles.
Dado este precedente y aunque puedan acortarse los periodos, parece harto difícil pensar que la futura adjudicataria del segundo de los tramos pueda arrancar la operación antes de los primeros meses de 2025. Y será en ese momento en el que empezar a contar los tres años (quizás algo menos, en función de las ofertas), que culminaría en 2028.
Este esquema queda incompleto, a la espera de saber exactamente el momento en que la Junta abre la puerta a la licitación de la tercera pieza para llegar al Civil. Aunque en los documentos oficiales se señala la intención de que ese movimiento tenga lugar "en próximas fechas", no se concreta más. Sea cuando sea, la determinación final supondrá un añadido en meses respecto al calendario que ahora se puede diseñar, alargándose la terminación de la infraestructura a la segunda mitad de 2028.
La demora será aún mayor si se toma en consideración el hecho de que los trabajos relacionados con la infraestructura (ejecución del recinto de túnel y estaciones, montaje de la vía y reurbanización del viario público) tendrán que ser complementados con otros dos contratos comunes al conjunto del trazado y que aún no han sido impulsados: uno de ellos relativo a las instalaciones y arquitectura de estaciones; el otro, al despliegue de la señalización ferroviaria.
Y cuando todo el esquema técnico esté desarrollado y terminado, será el momento de las probaturas, analizando en detalle el funcionamiento correcto de todos los sistemas y elementos que componen el gran armazón de esta parte de la red del Metro. Exámenes que quedarán del todo listos con la introducción en el túnel de los trenes, cuyo funcionamiento dentro del nuevo sistema será comprobado durante algunos meses al instante, al segundo…