Después de la época más dura de la pandemia, el profesor de la Universidad de Málaga Antonio Manuel Ávila comenzó a gestar un nuevo estudio. "Sospechábamos que en ese periodo habían ocurrido cosas importantes, sobre todo en las percepciones que los jóvenes", cuenta el docente. Así comenzó una investigación en la que 600 estudiantes de Málaga y Cádiz han aportado su visión sobre los principales temas de actualidad. "Hemos obtenido resultados sorprendentes", asegura.
Las conclusiones de este estudio se recogen en el libro Los estudiantes andaluces ante los nuevos retos de una sociedad en transformación, firmado por el propio Ávila junto a la doctoranda Alba Segura. Concretamente, los temas versan sobre la inmigración, el cambio climático, el feminismo, el movimiento animalista, el coronavirus, la violencia de género o la Constitución española, entre otros.
En total, 600 chicos y chicas de las ciudades de Málaga y Cádiz de entre 16 y 22 años (estudiantes de ESO, Bachillerato y universitarios) han sido encuestados por el docente del área de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras y la doctoranda, en una investigación basada en relaciones léxicas: se plantea un tema para que los participantes escriban palabras relacionadas.
Para el estudio, los estudiantes escribían durante dos minutos palabras relacionadas con ciertos temas. Luego, mediante técnicas matemáticas y de conjuntos difusos, se construía una "fotografía comunitaria" de esas percepciones.
Para verificar la exactitud de estas fotografías, posteriormente se organizaban grupos de discusión donde los estudiantes, tanto hombres como mujeres, en los que debatían libremente sobre los temas previamente encuestados. Esta metodología aseguraba la validez de las percepciones recogidas, según explica Ávila.
Para el docente, la mayor sorpresa la han encontrado en la conciencia medioambiental, que contrasta con el "poco interés" por los derechos humanos. "Es preocupante la diferencia entre su sensibilidad hacia el medio ambiente y su visión distorsionada sobre temas como el feminismo, que a menudo asocian con mentiras y denuncias falsas. También presentan percepciones negativas sobre la inmigración, especialmente entre los estudiantes de secundaria", asegura.
Palabras relacionadas
El estudio revela que las percepciones de estos temas están influenciadas por el tipo de centro educativo (público, concertado o privado) y el contexto familiar. "Los centros públicos tienden más hacia una especie de visión progresista de lo que es la política, mientras que los centros privados tienden más hacia una visión más conservadora de lo que es la política actual", subraya el investigador.
Los jóvenes provenientes de familias más tradicionales tienden a tener opiniones más conservadoras, según detalla Ávila. "Por ejemplo, hay un mayor apoyo a los movimientos feministas en el caso de alumnos cuya madre trabaja y tiene un rol social importante, influye mucho en los hijos".
La percepción del feminismo está fuertemente influenciada por el género: las mujeres, en su mayoría, asocian el feminismo con términos positivos como "empoderamiento", "libertad", "fuerza", "unión" o "sororidad".
Sin embargo, entre los hombres, especialmente en niveles educativos más bajos y en entornos más tradicionales, se encuentran términos despectivos y negativos como "feminazi", "desigualdad", "mentira", "opresión" o "asco".
La violencia de género también muestra una divergencia notable en la percepción entre distintos niveles educativos. Los jóvenes con estudios superiores reconocen la violencia machista como un problema significativo, utilizando términos como "mujer", "maltrato", "machismo" o "muerte".
En cambio, en niveles educativos inferiores, hay una tendencia a minimizar o negar el problema, considerándolo casi un engaño, con palabras como "mentira" o "denuncia falsa", tal y como detalla el docente.
En el caso de la inmigración, los estudiantes universitarios tienden a verla como algo "positivo y enriquecedor", según los resultados del estudio, mientras que los alumnos de niveles educativos inferiores la asocian con términos negativos como "rechazo", "ilegal", "mena", "robo" o "peligro".
Soluciones educativas
Para los investigadores, estos resultados subrayan la necesidad de una educación integral que aborde estos temas desde una perspectiva informada y respetuosa. "Llevo más de 30 años haciendo investigación sociolingüística para devolverle a la sociedad lo que nos ofrece. Y creo que de todos esos estudios, este es el que más beneficios puede aportar", subraya Ávila.
"Es muy importante que los centros educativos tomen conciencia de la educación en derechos humanos. No pueden ignorar estos resultados. Es vital enseñar también lo que pasa por la cabeza de los estudiantes respecto a los derechos de las personas, ya que los jóvenes son el futuro. Una sociedad con jóvenes que tengan percepciones negativas sobre los derechos humanos está destinada al fracaso, por lo que es necesario actuar de inmediato", recalca el docente.
¿Qué medidas proponen los investigadores? En sus conclusiones sugieren nuevas charlas informativas y actividades extraescolares relacionadas con los derechos humanos. Entre ellas, la participación de voluntarios con experiencia en movimientos de apoyo a inmigrantes para ofrecer formación y presentar una visión "más realista".
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