¿Cuándo será realidad el ambicioso Plan Málaga Litoral? ¿Acaso alguna vez lo será? Nadie tiene una respuesta cierta a estos interrogantes. Ni siquiera el promotor de la iniciativa, el Ayuntamiento de Málaga, que desde hace más de cinco años viene trabajando en el asunto. La clave, como en todo, es la financiación. Si hay dinero se podrá afrontar una obra de más de 400 millones de euros. En caso contrario, la espera se alargará.
Pero asumida esta realidad, el repaso de los trabajos hasta ahora abordados y materializados por encargo del Consistorio permiten visualizar la tremenda transformación que la ejecución de este proyecto tendría para zonas concretas de la ciudad. Al enterrar el tráfico, buena parte de la superficie podrá repensarse primando al peatón y desplazando el actual peso del vehículo privado.
En este sentido, el anteproyecto elaborado por Esteyco es singularmente ilustrativo en lo que se refiere a la ganancia de territorio ciudadano, destacando la metamorfosis que sufrirían, por ejemplo, Muelle Heredia, arteria principal para el tráfico rodado, y, por ejemplo, la zona de Cánovas del Castillo.
En el primero de los casos, el ejercicio realizado por los técnicos constata el paso adelante que se daría en el futuro de esta zona. Incluso, las infografías existentes se atreven a dibujar la avenida Manuel Agustín Heredia con tráfico restringido, zonas verdes y los cuatro edificios de oficinas que el Puerto pretende levantar en la parte portuaria.
En el caso de Cánovas, todo el escenario pasa a ser peatonal, dado que el paso de vehículos se ha soterrado mediante la construcción de ese gran túnel de 2,3 kilómetros que se extenderá entre la parte del Guadalmedina y la calle Gutenberg, justo pasado el Palacio de Miramar.