Sebastián Sánchez Alba Rosado

Mientras que cuando se trata de construir un edificio lo suyo es empezar por los cimientos, cuando el objetivo es demolerlo, mejor arrancar por el tejado. Y eso es justamente lo que han hecho los promotores de la ambiciosa operación de transformación de las antiguas cocheras de autobuses Portillo en Carretera de Cádiz.

La iniciativa inmobiliaria, que se encuentra ya en la recta final previa al inicio de las obras de urbanización del sector, se encuentra en este momento en un hito clave: el derribo de las viejas instalaciones. Pese a que la licencia está concedida desde finales del año pasado, es ahora cuando las labores se han acelerado, como muestra la casi desaparición de toda la cubierta de la nave.

De acuerdo con los detalles contenidos en el permiso de derribo, el presupuesto de ejecución material de los trabajos es de 371.000 euros, siendo el plazo de desarrollo de las actuaciones de 7 meses. Con este movimiento se allana el camino para afrontar el plan urbanización del sector, que ya cuenta con los parabienes municipales. El valor de esa fase ronda los 1,5 millones de euros, con un plazo de seis meses.

Antiguas cocheras de Portillo en Málaga.

Y, de este modo, dejar expedito el solar para la futura construcción de dos bloques de 7 alturas, con capacidad para albergar 158 viviendas, de las cuales 108 serán libres y 50 protegidas, así como un edificio de 14 plantas (pb+13) que será destinado a uso hotelero u oficinas. 

El último paso en esta operación se ha producido con el sometimiento a información pública del proyecto de reparcelación, que deja en manos municipales el aprovechamiento del residencial protegido. La actuación corre a cargo actualmente de la empresa Cela Properties, quien formalizó la compraventa de las fincas a finales del pasado mes de marzo, desembolsando 9.750.000 euros

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